Del 31 de octubre al 3 de noviembre, el Lotec Mercedes-Benz C1000 saldrá del oscuro letargo en el que ha estado sumido los últimos años para ponerse a la venta. Será en una subasta que tendrá lugar en RK Motors Collector Car Auctions, en Charlotte (Carolina del Norte, Estados Unidos). Y decimos el Lotec Mercedes-Benz C1000 porque es un ejemplar único. Literalmente.
En 1995, un hombre de negocios de los Emiratos Árabes encargó este superdeportivo, un one-off de 1.000 CV armado con un motor V-8 5.6 sobrealimentado por un twin-turbo formado por dos turbos Garrett y conectado a las ruedas por medio de una transmisión Hewland de seis relaciones. En su odómetro se lee, en kilómetros, la siguiente minucia: 2.576.
Sus cifras de rendimiento son de susto sideral. Acelera de 0 a 60 mph (96 km/h) en 2,8 segundos, y llega a los 431,30 km/h, más veloz ligeramente (valga la redundancia) que el Bugatti Veyron Super Sport, que alcanza los 431,07 km/h (268 mph contra 267 mph). Son cosas de que su masa en vacío sea de tan sólo 1.080 kg, en gran medida gracias a lo liviana que resulta su carrocería de fibra de carbono.
En el interior, conviven el cuero rojo y la fibra de carbono en un habitáculo dotado de asientos bucket con arneses de tres puntos, aire acondicionado, pedalier y columna de la dirección ajustables y un compartimento para el equipaje.
Al buen hombre que lo mandó fabricar, el juguetito le costó la friolera de 3,5 millones de dólares (un dineral, en euros). Ahora, el precio de salida está en un millón de dólares (unos 724.500 euros) y se espera que las pujas alcancen los 1,3 millones (942.000 euros, aproximadamente).