Aunque, de momento, seguimos teniendo menos víctimas mortales en la carretera respecto a 2009 (a 24 horas), la DGT no está dispuesta a que se le estropeen las cuentas próximamente. Hoy se ha presentado una nueva campaña de control de velocidad: 264 radares móviles salen de patrulla durante una semana.
Del 23 al 29 de agosto la DGT piensa vigilar la velocidad de 100.000 vehículos diarios en 2.000 tramos de carretera, priorizando en las vías secundarias. Estas carreteras, más peligrosas, están menos vigiladas y la sensación de impunidad anima a algunos a correr más. Avisados están.
En verano, tendemos a pisar más el acelerador, unos 3 km/h por vehículo de media. La velocidad no mata, a menos que vayamos en un Bugatti Veyron Super Sport a 416 km/h y nos de un ataque cardíaco. Bromas aparte, la velocidad solo es peligrosa como factor concurrente, es decir, cuando se combina con otros factores, agrava las consecuencias.
El año pasado, según la DGT, el 31% de los accidentes mortales tuvieron como factor concurrente la velocidad inadecuada (que puede ser superior o inferior a la legal). Este ente público está totalmente convencido de que la disminución de la velocidad media influye en la reducción de víctimas mortales.
Se escuda en el estudio sobre velocidad de Nilson (Power Model), que afirma que un 5% de reducción de la velocidad reduce el 20% las víctimas mortales. Un 5% sobre 120 km/h son 126 km/h y sobre 100 km/h, 105 km/h. Bajo semejante base, la probabilidad de subir el límite genérico a 140 km/h (+16,66%) parece a bote pronto una quimera.
120 km/h es el segundo límite genérico de velocidad más alto de la Unión Europea. Todos esos radares móviles desperdigados en el asfalto español procurarán que se cumplan los límites establecidos. Se ha recomendado por cuñas radiofónicas el uso de limitador voluntario de velocidad, que no deja de ser una buena idea.
La nota de prensa de la DGT da otros datos interesantes. En 2009 hubo 773.144 conductores sancionados por exceder los límites de velocidad, habiendo sido controlados 26,5 millones de vehículos. A muy pocos han pillado, considerando que hasta el 50% de los conductores excede en algún momento los límites. Levanto la mano.
El Instituto Universitario de Investigación del Automóvil (INSIA) revela que cuando el conductor considera que las condiciones y la vía lo permiten, entre el 38% y el 57% de los conductores de turismos y furgonetas circulan más rápido de lo legal, en consonancia con lo que sucede en los países europeos.
De modo que durante estos días en especial, la posibilidad de recibir una multa por exceso de velocidad es más alta, sobre todo en carreteras secundarias, menos vigiladas el resto del año. Es mucho más fácil caer en un radar móvil sin señalizar que en un radar fijo y señalizado, los números cimentan dicha conclusión.
Como siempre que se habla de estos temas, algunos dirán que es “recaudación”. Por Ley, el importe de las sanciones se destina a la mejora de la seguridad vial. La lógica dice que si A implica B y B implica C, A implica C. Es decir, si la DGT se preocupa por recaudar, y la recaudación mejora la seguridad vial, el fin último es mejorar la seguridad vial.
Los que quieran evitar la “recaudación” pondrán esfuerzos o medios para una conducción más segura, de modo que el beneficio parece doble. Hoy día hay muchos sistemas para evitar las multas, desde los limitadores voluntarios hasta los detectores de radar, en el límite entre lo legal y lo ilegal según la legislación vigente.
Si la DGT vuelve a relacionar en el futuro disminución de la velocidad con disminución de la mortalidad, seguirán teniendo más argumentos para seguir en la misma línea. Es decir, esta política se seguirá aplicando mientras funcione y las víctimas sigan bajando. Hasta que deje de funcionar y haya que tomar otras medidas.
Anexo para un debate ordenado
Para que no nos saquemos los ojos con el debate y sea productivo, conviene recordar algunas cosas que se suelen olvidar:
- Las multas no se pueden utilizar para financiar el arreglo de carreteras o infraestructuras, no es competencia de la DGT, sino del titular de la vía
- España ha logrado un 50% de reducción de víctimas mortales en menos de 10 años, anticipándose al objetivo europeo
- La energía liberada en un accidente y el consumo de combustible aumentan mucho más de lo proporcional al aumento de velocidad
- Toda Europa tiene límites de velocidad, salvo un par de territorios pequeños y tramos concretos de Autobahn en Alemania. El límite genérico máximo por país es 130 km/h. Excepcionalmente, algunas autopistas de Italia pueden poner límites a 150 km/h, pero muy pocas.
- Los límites actuales de España datan de 1981, después de la crisis del petróleo. Durante la crisis, se bajaron más que ahora. Los límites actuales de Reino Unido datan de los años 60, antes de la crisis, y tienen como tope 112 km/h.
- En el programa electoral del PSOE, actualmente en el Gobierno, ya se había anticipado la lluvia de radares sobre las carreteras españolas
Fotografía | M. Peinado (I), Javier Costas (II, III, IV), Outisnn (V)
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