El vídeo de una zona de frenado de emergencia bastante transitada en Brasil se ha vuelto muy conocido por las redes. Y es que, estas herramientas de tráfico pueden llegar a pasar desapercibidas, pero son de vital importancia para los camiones en puertos de montaña o zonas con pendientes continuadas.
Si no, que se lo digan a uno de los camioneros que aparece en el vídeo, que se salva de milagro de otro camión que necesitaba urgentemente la rampa para frenar.
Situaciones que podrían haber acabado muy mal
La autopista, llamada Regis Bittencourt, es conocida por ser una de las más peligrosas de Brasil.
Tiene una longitud de casi 500 km y conecta las ciudades de São Paulo y Río Negro. Pero en el tramo llamado Serra do Cafezal, en el estado de São Paulo, el intenso tráfico de vehículos pesados, la topografía y la mala conservación la han convertido en una de las autovías con mayor índice de siniestralidad vial del país.
En el vídeo, que recopila varios incidentes, podemos ver cómo el conductor de un camión que ya había hecho uso de la rampa sale corriendo al ver que otro vehículo de transporte de mercancías entra en la zona de frenado.
También muestra de qué forma la grúa consigue sacar a los camiones de la zona de grava.
Muchos conductores han tenido la suerte de haber encontrado una de estas rampas de emergencia, y de poder salir por su propio pie:
Una valiosa obra de ingeniería
Las zonas o rampas de frenado de emergencia llevan con nosotros muchos años. Son sistemas de seguridad diseñados para evitar que un turismo, un vehículo comercial, un autobús o un camión que se ha quedado sin frenos -puede ser por sobrecalentamiento- tenga un accidente.
Las más habituales son del tipo superficie de detención: se sitúan en el lado derecho de la carretera y tienen forma de rampa descendiente. Sobre ellas se coloca gravilla que actúa como resistencia a la rodadura del vehículo.
Es ese espacio que vemos a veces en las autopistas, sobre todo en puertos de montaña o vías con una pendiente prolongada, y cuenta con una zona de grava de medio metro de profundidad, aproximadamente, y un talud al final del mismo.
En España suelen tener una longitud de 100 metros y una anchura que oscila entre 4 y 5 metros. Cuando el vehículo llega a la zona de grava, acaba atascado por la pérdida de energía cinética, evitando que siga circulando sin control.
Cuando circulamos en pendientes descendentes, lo mejor es usar el freno motor mediante la reducción de marchas -si es posible- o el sistema de retención del vehículo, que cada vez más coches tienen disponible a través de las levas o la palanca.
Eso evitará que los frenos se sobrecalienten y pierdan eficacia.
Foto | Engineering and architecture
En Motorpasión | Las averías del coche más habituales que vienen ocasionadas por vicios, manías y malas costumbres del conductor