Los ingenieros contemplan los puentes de forma diferente al resto de los mortales. Cuando Jim Nickolaou, un ingeniero de General Motors que está trabajando en sistemas de seguridad avanzada, mira el puente de Brooklyn, admira la estructura por su belleza y como un logro de la ingeniería. Pero también considera la estructura icónica un banco de pruebas perfecto para los últimos sistemas de ayuda a la conducción de los próximos modelos de Cadillac XTS y ATS.
Nickolaou supervisa un equipo de pruebas de lo que se conoce como sensor fusion, para ver cómo los sistemas de radar y cámaras, que forman parte de los sistemas de ayuda a la conducción, trabajan juntos. Nickolaou, ha trabajado en los sistemas de radar de los aviones de combate F-14 y F-15 antes de unirse a General Motors.
El sistema sensor fusion se ha empleado en la industria militar, donde se utiliza lo mejor de diferentes modalidades de sensores para obtener mejores resultados que empleando un solo sensor. El radar es bueno para encontrar objetos en movimiento a través del efecto Doppler.
Las cámaras, por el contrario, son mejores para el reconocimiento de los mismos objetos desde un punto de vista azimutal o de izquierda a derecha, por ejemplo. La combinación de ambos sistemas de sensores proporciona mejores resultados de reconocimiento.
El por qué de estas pruebas
El espíritu de este tipo de pruebas de sensor fusion es tratar de confundir de forma deliberada a los sensores de radar y cámaras que se activan en los sistemas de ayuda a la conducción tales como Automatic Collision Preparation y Front and Rear Automatic Braking.
Las estructuras metálicas de los puentes, con sus vigas, y su habitual tráfico denso, son perfectos para probar los sensores de radar, mientras que las cámaras tienen que lidiar con condiciones variables de luz.
El puente de Brooklyn no es el único que el equipo está empleando en las pruebas, aunque éste ofrece desafíos únicos para los sensores, dice Nickolaou, debido a la estructura metálica, barandillas, pasarelas para peatones y el flujo de tráfico en sentido contrario.
El equipo de Nickolaou ha estado realizando ensayos en el Golden Gate Bridge en San Francisco, y ha recorrido Estados Unidos desde Portland y Seattle hasta Louisiana, tratando de localizar aquellos lugares que presentan más dificultades para los sensores.
Sin embarco, comenta Nickolaou, el puente de Brooklyn resume los desafíos para el radar, al rebotar en las vigas de metal. También hay una gran cantidad de ángulos rectos en las vigas, que tienden a propagar las emisiones del radar hacia atrás, proporcionando información que podría no ser exacta. A su vez, las vigas aéreas proyectan sombras sobre las cámaras. Este puente proporciona un montón de retos.
También bajo tierra
Los túneles también son un buen banco de pruebas por las condiciones cambiantes de luz entrada » interior » salida, y el equipo de pruebas ha cubierto todos los túneles de Nueva York. Aunque descubrieron un desafío único en un túnel en Pittsburgh (Pennsylvania).
La peculiaridad de este túnel es que tiene baldosas en los laterales. En el primer test el equipo no encontró problemas con los sensores, pero en el siguiente había llovido. Con el tiempo parte de la calzada del túnel estaba cubierta por una capa de agua.
Cuando los conductores de los vehículos pisaban el freno, las luces de estos se reflejaban en la pared. Las cámaras detectaban los reflejos como si un vehículo hubiera frenado delante de la unidad de pruebas. En esta circunstancia el radar sí ofrecía la información real, al ser capaz de detectar los objetos que realmente se estaban moviendo.
De todos los escenarios mencionados, Nickolaou se decanta por el puente de Brooklyn, que es el lugar perfecto para el desarrollo de este tipo de pruebas, además de ofrecer una espectacular vista de Manhattan.
Vía | Wired
Imagen | Eddie-S, General Motors, Ting Chen, KitAy