Ríos de tinta han corrido a propósito del nuevo límite de velocidad. Su carácter temporal (en principio está vigente hasta el 30 de junio), fue objeto de no pocas críticas, que señalaban la incoherencia que supone aducir razones de seguridad vial y limitarla en el tiempo.
El caso es que la fecha límite se va acercando, y el Ministro de Industria, Miguel Sebastián, ha anunciado que aunque todavía no se ha tomado ninguna decisión, la intención es quitar la medida.
Para apoyar esta hipótesis, Sebastián ha declarado que el precio del combustible ha bajado, con lo que los motivos por los que se implantó la norma dejarían de estar vigentes. No obstante el Ministro ha señalado que “con esta medida se está ahorrando mucho“.
Como es natural, se le ha preguntado por un precio crítico que el petróleo debería alcanzar para que se eliminase la medida, aunque Sebastián ha rechazo que haya un precio concreto. Simplemente se “hará una valoración de conjunto para valorar los pros y los contras“.
En resumen, que parece que el Gobierno ve razones suficientes para derogar la medida, pero todavía se lo van a pensar un poco más, y mientras, la incertidumbre sobrevuela nuestras carreteras. ¿Qué pasa si volvemos a los 120 km/h, y a la semana siguiente el precio del crudo se dispara?. ¿Otra vez a poner pegatinas encima de las señales? ¿Y si después vuelve a bajar?
En mi opinión (completamente personal), no creo que sea razonable estar cambiando el límite máximo de velocidad cada pocos meses. Provoca malentendidos, se da a los ciudadanos la sensación de que se hacen normas arbitrarias y además ocasiona un gasto que pagamos todos los ciudadanos con nuestros impuestos.
Vía | El Economista
En Motorpasión | Límite de 110 km/h: ¿menos multas y más averías?