La ciudad de Albany, en Nueva York (EEUU), ha instalado una red de radares de velocidad en varias zonas escolares, que en sólo dos semanas ha generado casi 13.000 multas por exceso de velocidad a un precio medio de 50 dólares cada una (unos 46 euros).
Sólo un conductor, propietario de un Toyota Corolla de 2019, ha acumulado ya 29 multas desde que los radares están operativos, sumando una deuda de 1.450 dólares en infracciones (unos 1.345 euros al cambio). En total, los radares ya han recaudado una suma considerable, aunque la mayor parte del dinero irá a parar a la empresa que los gestiona y no a las arcas públicas.
De momento, sólo está activos ocho de los 20 radares previstos
Funcionarios de Albany dijeron al medio local Times Union que parte de la razón por la que los conductores de la ciudad van demasiado rápido en las zonas escolares, limitadas allí a 20 mph (32 km/h), es que muchas de las escuelas de la ciudad se encuentran en carreteras de cuatro carriles de alta densidad, como ocurre en muchos otros barrios de EEUU.
Pero Albany asegura que “no tiene suficientes efectivos policiales” como para hacer cumplir el límite de velocidad cerca de las escuelas, así que para poder reforzar la seguridad en estas zonas, encontraron una solución: una red de hasta 20 radares de velocidad que se irán instalando de forma progresiva hasta enero de 2025.
Los primeros ocho radares operativos, que forman parte de un programa de seguridad vial más amplio que se extenderá hasta finales de 2028, empezaron a multar el 7 de octubre. Funcionan entre las 7 de la mañana y las 6 de la tarde, sólo durante los días lectivos, y están programados para sancionar únicamente a los conductores que superen las 30 mph (48 km/h): es decir, 10 mph por encima de las zonas escolares en Albany.
Sin embargo, los datos en sólo dos semanas son abrumadores, pues entre el 7 y el 21 de octubre se emitieron 12.895 multas y se enviaron 14.834 advertencias. Un conductor, propietario de un Toyota Corolla de 2019, acumuló él sólo hasta 29 multas, sumando una deuda de 1.450 dólares o unos 1.345 euros en infracciones.
En comparación, en España superar el límite de velocidad en zonas escolares acarrea multas importantes. Circular a 50 km/h en una zona escolar limitada a 20 km/h supone una sanción de 300 euros y 2 puntos del carnet. Pero si el límite es de 30 km/h, la multa será de 100 euros sin retirada de puntos a la misma velocidad. En casos más graves, como superar el límite en más de 50 km/h, la multa puede ascender a 600 euros con pérdida de hasta 6 puntos.
A pesar del número de multas recaudada en Albany, los ingresos que percibe la ciudad son limitados: de cada multa sólo van a parar 17 dólares (15,74 euros) a las arcas, mientras que el resto va a parar al proveedor del sistema de radares y cámaras de tráfico.
Con este programa, la alcaldesa Kathy Sheehan proyecta poder “ingresar 6 millones de dólares para 2025”, lo que implicaría unas 353.000 multas anuales. En ese caso, el proveedor obtendría más de 11,6 millones de dólares, lo que plantea interrogantes sobre la conveniencia de este modelo de reparto.
Además, la alcaldesa confirmó que la ciudad eximirá a los conductores en un pequeño puñado de circunstancias, como que la cámara “haya grabado una matrícula incorrecta, que el coche sea robado o que se dirija a un hospital”, aunque esto último parece complicado de demostrar.
De momento sólo ocho de las 20 cámaras previstas están operativas y las 12 restantes entrarán en funcionamiento a principios de 2025. Quizá para entonces los conductores de Albany hayan tomado nota de las multas no acaben como Acquetico: un pequeño pueblo italiano que en 2018 registró hasta 58.568 infracciones por exceso de velocidad en dos semanas. Todo un récord del que no sentirse orgulloso.