Antes de iniciar un viaje es imprescindible, además de comprobar que llevamos la ITV al día, realizar días antes un chequeo a fondo del coche para aseguraros que no falla ningún elemento esencial, como los frenos, la suspensión o la batería, entre otros.
Pero las altas temperaturas pueden afectar a la mecánica del coche, aumentando el riesgo de avería. Por ello es muy recomendable estar atentos al estado de una serie de elementos una vez hayamos llegado a nuestro destino, y evitar maniobras como, por ejemplo, apagar de golpe el motor tras un viaje largo.
Desde la Asociación Española de Entidades Colaboradoras de la Administración en la Inspección Técnica de Vehículos (AECA-ITV) explican cuáles son las partes de los vehículos que más fallan como consecuencia del calor, entre las que se encuentra el motor o el turbo-compresor.
Los neumáticos
Hay que tener en cuenta que, cuanto más baja sea la presión del neumático, no solo aumenta el consumo de combustible, sino que también es más fácil sufrir un reventón. Y con las altas temperaturas, son más frecuentes.
Es imprescindible que se revise la presión de las cuatro ruedas del coche periódicamente y, principalmente, antes de la realización de cualquier viaje.
Un neumático sano debe presentar la profundidad adecuada en los surcos de la banda de rodadura (la ley marca que no debe ser inferior a 1,6 mm), además de no estar desgastado irregularmente o presentar bultos.
El turbo-compresor
Es uno de los componentes que más sufren con las altas temperaturas debido a que, por su ubicación, no es de fácil acceso para la refrigeración y es el propio aceite el que se encarga de lubricarlo y refrigerarlo, explican desde AECA-ITV.
Para evitar daños en esta parte del vehículo, es aconsejable que, al llegar al destino, se deje el motor encendido un par de minutos para refrigerarlo y evitar apagarlo de golpe, puesto que el aceite se deteriora y daña el eje de la turbina.
El motor
Si en pleno viaje el motor empieza a calentarse muy por encima de lo normal, es muy aconsejable parar (antes de que se pueda estropear la culata o cualquier otro elemento), esperar a que baje la temperatura del motor y revisar los niveles del líquido refrigerante.
De hecho, antes de emprender cualquier viaje, y en especial durante el verano, es importante revisar el nivel y estado de todos los líquidos del vehículo (refrigerante, frenos, aceite, limpiaparabrisas, entre otros).
El aire acondicionado
Es recomendable que se revise el circuito del aire acondicionado antes de emprender un viaje largo, sobre todo si lleva muchos meses sin usarse.
Y es que los cambios de temperatura a los que está sometido el vehículo pueden hacer aparecer pequeñas fugas de gas en el sistema. Una recarga de gas cada dos años puede servir para mantener un correcto funcionamiento del aire acondicionado, aunque lo recomendable es realizar una revisión del circuito según indique el fabricante del vehículo.
El precio por recargar el aire acondicionado varía según modelo (convencional, premium...), el propio sistema y donde realicemos la operación (taller multimarca, taller oficial). De media, se sitúa en torno a los 70 euros, pero puede superar los 100 o incluso los 200 euros.
Los frenos
En vacaciones es normal sobrecargar nuestro vehículo con equipaje (ojo con repartir mal la carga o de forma insegura). Ese peso extra, unido a las altas temperaturas externas hacen que los frenos se calienten más de lo normal.
Para evitar cualquier problema con los frenos, además de comprobar el estado de las pinzas, las pastillas y los discos, se debe revisar el nivel de líquido de frenos y, si es necesario, cambiarlo antes de cualquier viaje o según las prescripciones indicadas por el fabricante del vehículo.
Y por supuesto, nada de conducir con chanclas, descalzo, sin camiseta o tras haber consumido cualquier cantidad de alcohol.