Nos lo avisaron los chicos de Renault cuando nos presentaron el Captur: los monovolúmenes son cosa del pasado. Y que eso lo dijeran quienes lanzaron con el Renault Espace el concepto y la moda tiene su importancia. Sí: los monovolúmenes han quedado barridos por los crossover, que añaden al espacio y a la altura de la carrocería unas cualidades estéticas que llaman la atención.
Ya había habido experiencias como la del Renault Scénic RX4, que se reprodujo más recientemente en el Scénic XMOD. Y ahora —es decir, en unos días, en cuanto llegue la cita de París— se renueva el decano de los monovolúmenes, el Renault Espace —aquel que tenía que haber creado Matra para Talbot pero algún visionario de la recién creada PSA dijo que era demasiado arriesgado como para darle un voto de confianza—, otorgando al aspecto crossover entidad protagonista en el diseño.
Tal y como ha recordado la marca, el nuevo Espace recupera la línea del concept-car presentado el año pasado en el Salón de Frankfurt para mantener "las virtudes en las que ha basado su éxito" desde que viera la luz la primera generación, allá por 1984. Este verano el Espace cumplió 30 años y, a la vejez viruelas, aspira a revolucionar un segmento que está floreciente, sin que sepamos muy bien si logrará de nuevo este objetivo después de tantos años, con la de vueltas que ha dado todo.
Y no, el primer Renault Espace tampoco se llevó el gato al agua en una primera ronda, así que hay algo de margen para la incertidumbre bien llevada. El tiempo dirá si consigue o no su objetivo.
En cualquier caso, la quinta generación del Renault Espace estará disponible con 5 y 7 plazas y hará gala de esa modularidad interior tan francesa y que tanto se agradece en un vehículo de estas características. Porque después de todo, y por más que con el nuevo Espace Renault entierre al monovolumen, a veces sucede que aunque la mona se vista de crossover monovolumen se queda.
Sabremos más en octubre, cuando arranque el Salón de París.
En Motorpasión | 30 años de Renault Espace, el monovolumen moderno