A mediados del año pasado se anunciaba el final de la producción del Nissan Micra de la anterior generación, dando paso a una nueva generación con un diseño más conservador que la anterior. Tuvimos la ocasión de probarlo en Copenhague en la presentación internacional, ahora ha llegado el momento de probar el Nissan Micra y ver en que consiste la apuesta de Nissan por los modelos globales.
Estamos acostumbrados a ver como todos los modelos, incluso los estéticamente “difíciles de ver”, evolucionan en su estética. El Nissan Micra sin embargo, no es la continuación estética del Micra de la generación anterior (K12), más bien parece la continuación de la saga desde la generación K11 de hace dos generaciones. Un salto generacional hacia atrás como el que hizo Fiat con el 500 asimilándolo más al 500 clásico que a su predecesor directo, el Fiat Cinquecento.
En esta ocasión tenemos la oportunidad de probar el Nissan Micra Tekna 1.2 CVT, la versión automática en el segundo acabado más alto, el único disponible si queremos un Nissan Micra automático. Todavía es pronto para aventurar si el Nissan Micra se venderá bien o mal, pero lo que está claro es que de momento no deja indiferente a nadie.
Exterior del Nissan Micra
El diseño exterior del Nissan Micra es, como adelantábamos, una vuelta a hace dos generaciones. Sin embargo todas las líneas curvas predominantes en la carrocería hacen que no pueda quitarse el sambenito que impuso la generación anterior, durante la prueba no fue poca la gente que me dijo que el coche que llevaba “era un poco de mujer” para preguntar seguidamente “¿Qué coche es?”.
También tiene algo que ver el color Rojo Venecia en el que venía pintada la unidad de pruebas, que dependiendo de como incidiese la luz en la carrocería reflejaba algún que otro destello rosado divino de la muerte. Bromas aparte, el color Rojo Venecia de esta unidad es una opción que cuesta 364 €, en las versiones manuales cuesta 350 € (por el impuesto de matriculación).
La carrocería del Nissan Micra exteriormente da sensación de haber crecido bastante en todas las cotas, sin embargo solo ha crecido 61 mm de longitud y 15 mm de anchura. Esta sensación de haber crecido en tamaño procede del incremento de altura del morro, cuya mayor altura es la responsable de una apariencia más robusta. Otro de los orígenes de la sensación de mayor tamaño es la caída del techo hacia atrás, mucho más vertical que en el modelo anterior.
La unidad lleva el segundo acabado más alto, el Tekna, que exteriormente se distingue de los acabados más bajos Visia y Acenta por las llantas de aleación de 15 pulgadas, los sensores de aparcamiento (cuatro traseros principales y dos delanteros para medir huecos) y los antinieblas delanteros. El Tekna solo se diferencia exteriormente del tope de gama Tekna Premium (acabado no disponible con cambio CVT) por la ausencia del techo solar.
Como elementos destacables de su exterior, las dos rejillas delanteras, una inferior de gran tamaño para refrigerar el radiador y una superior donde se encuentra la toma de aire de la admisión y que va decorada con un cromado en la lámina que la cruza. También en la parte delantera hay unos refuerzos (integrados en el paragolpes) que evitarán el problema estético del anterior Micra, que tenía cierta predisposición a abollarse los “mofletes” al mínimo roce.
Las llantas dan una apariencia de ser algo exageradas para el coche, pero es debido al tamaño contenido del coche que parecen más grandes de lo que en realidad son, de 15 pulgadas y siete radios. A pesar de su apariencia exagerada, no puedo negar que le quedan bastante bien.
La antena montada en el techo está ligeramente desplazada del centro del coche si lo miramos de frente, concretamente hacia la izquierda, aunque luego la antena se dirige hacia la derecha como tratando de corregir el error. Viendo imágenes de otros Micra, este detalle también está presente, así que está hecho aposta, pero queda bastante chapucero. En la parte trasera también el paragolpes lleva unos refuerzos integrados para evitar bollos por golpes tontos al aparcar.
Interior del Nissan Micra
Este coche es un utilitario urbanita, concepto que me gustaría que quedase claro antes de meternos dentro, eso significa que salvo algunas excepciones en marcas premium y cuatro opciones mal contadas, las concesiones a las apariencias se limitan a dar la sensación de un coche que nos lleva y nos trae. Poco más.
Nada más entrar en el coche, al ir a cerrar la puerta me encontré el primer detalle Made in Esparta. Al meter la mano en el hueco para tirar, noté la dura y fría presencia de un tornillo donde otros modelos llevan un revestimiento de goma o una tapa de plástico (ver detalle). No empezaba muy bien la cosa, pero una vez cerrada la puerta me di cuenta de la sensación de amplio espacio interior que daba el coche, además del buen tacto del volante de cuero (de serie en el acabado Acenta, Tekna y Tekna Premium).
Los plásticos interiores por lo general son duros y visualmente parecen plástico de baja calidad, sin embargo y sorprendentemente, los ajustes entre las piezas del salpicadero son bastante decentes, con poco hueco entre piezas y buen apoyo entre ellas. Como detalle, al lado de la llave existe una marca circular en el plástico del salpicadero que es donde va el botón de arranque en el Tekna Premium equipado con acceso y arranque sin llave.
Las únicas treguas al plástico en el interior del Nissan Micra Tekna son los asientos y unos almohadillados agradables al tacto en los revestimientos de las puertas justo a la altura de los codos. Los asientos son bastante confortables, aunque algo duros para el gusto de los que nos gustan los asientos cómodos. Sin embargo no son tan duros como para incomodar en un trayecto largo, además de sujetar bien el cuerpo en las zonas de curvas.
Los botones del climatizador monozona se agrupan alrededor de una pantalla circular donde veremos el estado de funcionamiento de la climatización y calefacción (solo calefacción en el acabado Visia). El funcionamiento es muy intuitivo y simple. Es fácil manipularlo hasta sin mirar por el gran tamaño de los botones.
Los huecos portaobjetos en la zona delantera son algo escasos, hay dos guanteras con tapa enfrente del acompañante. La superior es de tamaño reducido, pero nos servirá para tener cosas a mano pero con sujección y discrección, como el móvil, la cartera, las llaves, etc. La de abajo tiene unas dimensiones mayores y por tamaño está orientada a guardar la documentación del coche. Entre ellas existe un hueco rectangular ancho pero poco profundo para guardar cosas que tener accesibles y no necesiten de una tapa para ocultarlas/sujetarlas (hueco portatrapo).
Para dejar cosas que tener a mano existen otros huecos, uno en la puerta (hay otro idéntico en la puerta del acompañante) en el que se puede acomodar una lata de refresco o una botella pequeña. También existe un hueco con dos sujetavasos y un pequeño compartimento rectangular ideal para los que nos gusta vaciarnos los bolsillos al subirnos al coche. No tiene guantera central entre conductor y acompañante.
El espacio en la parte trasera es limitado, aunque dos personas adultas de estatura media (1,73) caben bien, no creo que apetezca a mucha gente pegarse un viaje largo sin paradas en la parte trasera del Micra, pero con paradas frecuentes puede ser sufrible. Para tres pasajeros la cosa se pone peliaguda, el puente ocupa bastante sitio y limita la posición del pasajero central a tener las piernas colocadas a los lados del mismo. Los huecos atrás se limitan a dos revisteros tras los respaldos delanteros y un hueco para dejar una lata o una botella encima del puente.
El maletero es lo que se suele encontrar en el segmento de urbanitas, 265 litros de capacidad, la altura de la boca de carga está a escasa altura, lo que facilita bastante la carga de equipaje o bultos. No es muy grande, de hecho es de los más pequeño de su segmento, por encima del Ford Ka (224 litros), pero por debajo del Toyota Yaris (272 litros), Opel Corsa (285 litros) y Citroën C3 (300 litros).
Sin embargo con un poco de habilidad y gracias a la forma regular del maletero se puede encajar en el hueco el equipaje de cuatro personas siempre y cuando sea bastante frugal (maletas pequeñas y para pocos días). Para cinco personas, más vale que al menos dos de ellos sean niños, si no, tanto por hueco en los asientos como por hueco para el equipaje, la cosa se pondrá muy fea.
Si por el contrario viajamos solos o en pareja, podemos abatir los asientos traseros, partidos de forma asimétrica, consiguiendo un suelo con un pequeño escalón (a veces se agradece para encajar la carga y que no se mueva) o plegarlos completamente contra los asientos de conductor y pasajero, obteniendo de esta forma un suelo completamente liso y aumentando la capacidad hasta los 605 litros. Bajo el suelo del maletero hay una rueda de emergencia (galleta), lo normal en el caso de coches pequeños.
En la próxima parte de la prueba trataremos la conducción y dinámica del Nissan Micra CVT.
Continuará...