Mercedes-Benz Clase S 350 BT, prueba (parte 2)
Salgo de la reunión y corro para montarme en el Mercedes-Benz Clase S 350 BlueTec y que me aísle del insoportable calor que vivíamos esos últimos días de verano en la capital de España. Menos mal que había dejado el doble techo solar, que se divide en una parte sobre las plazas delanteras y otra sobre las traseras, debidamente cerrado.
También estaban cerradas las cortinillas eléctricas de las puertas traseras, que cubren desde las ventanillas principales hasta las triangulares. Se pueden manejar desde el puesto del conductor o directamente desde los apoyabrazos de las plazas posteriores, al igual que la cortinilla de la luna trasera.
A continuación tenía que hacer una serie de compras, así que de nuevo me puse a circular entre el todavía reducido tráfico en Madrid durante el mes de agosto. Recuerdo que había leído que el Clase S tenía un sistema de control de crucero activable en ciudad que llegaba a detener el coche por completo y a arrancar automáticamente en atascos.
Le llaman Distronic Plus con función Stop&Go y estaba deseando probarlo, ya que aunque había conducido coches con sistemas de frenada de emergencia automática y coches con control de crucero adaptativo, nunca había probado uno de estos diseñado específicamente para ciudad.
Activo el sistema y comienzo a circular a muy baja velocidad (20 km/h). Mientras otros coches no te permiten activarlo a tan baja velocidad, en el Clase S si y lo cierto es que al principio da una sensación un poco extraña circular entre el tráfico sin tener que tocar el acelerador y sobre todo, sin tener el pie alerta para cuando haya que frenar.
Para una vez que quería encontrarme con atascos en Madrid, no conseguía la densidad de tráfico necesaria para poner a prueba el sistema de detención automática. Parecía que todos los semáforos se habían puesto de acuerdo para dejarme pasar sin parar, así que seguí mientras pude disfrutando del confort y el aislamiento acústico del que hace gala este coche.
No se muy bien como explicarlo, pero cuando vas en el Clase S parece que vas sobre una especie de balsa de aceite que te mantiene al margen de las muchas imperfecciones del sucio asfalto. Es impresionante como el coche absorbe cualquier tipo de irregularidad del terreno, más que cualquier otro coche que haya conducido hasta la fecha.
Tanto es así que cerca de mi casa algún iluminado decidió poner unos badenes, cinco más concretamente, más altos y prominentes de lo que deberían, tal vez con la intención de que los coches disminuyan su velocidad.
Son tan desproporcionados que cuando voy con coches deportivos con llantas de perfil bajo siempre elijo otra ruta para no cogerlos, porque incluso tomándolos a la velocidad adecuada, tu coche y tu espalda sufren su inadecuado diseño y además es fácil cargarte un neumático.
Sin darme cuenta me metí por esa calle, y pude comprobar entonces cómo actúa esa suspensión mágica del Clase S de la que todo el mundo me había hablado. Se llama Magic Body Control y creo que el nombre es muy adecuado ya que gracias a la función Road Surface Scan, es capaz de leer la carretera mediante una cámara estereoscópica y adaptar la suspensión a las circunstancias haciendo en este caso que los incómodos badenes literalmente desapareciesen ante nosotros. Sencillamente maravilloso.
Llego a mi casa, aparco el coche y subo pensando en el salto tecnológico que este coche ha supuesto para la marca de la estrella y para su segmento. Tiene cosas únicas y eso es algo que se agradece cuando te dedicas a esto de probar coches, porque cada vez es más difícil que un coche te sorprenda con cosas así. Me tiro en el sofá de casa, más incómodo que el del Clase S y pienso dónde podría irme para probarlo en larga distancia.
Mercedes-Benz Clase S, porque volar vuela cualquiera
Hubo un tiempo en el que viajar en avión era un lujo reservado a unos pocos afortunados, gente adinerada, hombres de negocios y personas poderosas. Hoy en día, por suerte o por desgracia eso ha cambiado drásticamente, y salvo que tengas un avión privado, por mucho que pagues un billete en clase preferente, antes o después te tratarán como a un integrante más de un rebaño de pasajeros.
Viajar en avión con todo lujo de detalles, especialmente dentro del territorio nacional, es una utopía. Pero creo que hemos encontrado el remedio a ese défcit de servicio y tiene forma de Mercedes-Benz Clase S, un coche capaz de trasladarnos a la esfera de la jet set internacional.
Desde que se puso a la venta la nueva Clase S de Mercedes, en todo el mundo se han vendido ni más ni menos que 100.000 unidades. Precisamente este pasado verano, el hombre más rico del mundo, Carlos Slim, estuvo pasando unos días en Galicia. Cuando aparcó su jet privado en el aeropuerto de Vigo le fueron a recoger en un coche. Y ¿a que no sabéis qué modelo era?
Pues sí, se trataba de un Mercedes-Benz Clase S como el que estamos probando esta semana. Si Slim, el hombre que se puede permitir todos los coches del mundo elije este, tiene que ser porque algo especial debe esconderse bajo esa elegante y estilizada carrocería de aspecto moderno, elegante y mastodóntico.
Para comprobar qué se siente viajando como los poderosos, decidí improvisar un viaje express en el Clase S, algo que inicialmente no tenía pensado hacer. Un viernes por la tarde, a la salida del trabajo llamé a mi novia y le dije "te recojo en 30 minutos, prepara una maleta de fin de semana".
Como siempre han viajado los gentelman drivers, en coches rápidos y lujosos, nos pusimos en ruta desde Madrid hacia las Rías Baixas gallegas, conduciendo el que dicen es el coche más cómodo del mundo para un viaje relámpago. La fecha era propicia para hacerlo. Estábamos en el último fin de semana de agosto, y mientras miles de personas regresaban de sus vacaciones estivales de vuelta a la capital, nosotros íbamos en contra sentido.
Salimos de Madrid bastante tarde y el tráfico por la siempre congestionada autovía A6 era anormalmente bajo. La carretera estaba a nuestra completa disposición para disfrutar de lo que habíamos venido a hacer, conducir y viajar en primera clase.
Mientras mi novia jugaba con los seis programas de masajes disponibles en los asientos delanteros, los cuales incluyen hasta dos programas de masajes con calor, yo me preocupaba de mantener un buen ritmo que nos permitiese llegar a destino antes de que la madrugada nos atrapase en la ruta.
Las prestaciones del S 350 BT sorprenden en carretera, y lo hacen para bien. El coche se mueve con gran agilidad, principalmente gracias al enorme par disponible, que le permite atacar los puertos de montaña a ritmos muy superiores a los permitidos. Menos mal que la DGT está siempre presente para recordarnos que no estamos solos, porque si esto llega a ser Alemania en este coche podrías viajar a ritmos alternativos al avión.
En las largas rectas que atraviesan Castilla-León, el Clase S saca a relucir lo mejor de si. La suspensión Magic Body Control absorbe los baches y las mínimas ondulaciones del terreno como si no existiesen. Es complicado describirlo, pero en este coche parece que el asfalto está recién puesto en todo momento.
Los consumos medios en carretera a ritmo alto son de 5,7 litros a los 100, así que tal vez podamos hablar de el como el mechero más lujoso del mundo, desbancando a los Zippo y alguna otra marca cuyo nombre no consigo recordar. Al menos eso es lo que marca el ordenador de a bordo, aunque la marca homologa 4,8 l/100 km. ¿No os parecen unos consumos ridículos para un coche de este tamaño? Eso si, hay que decir que llevábamos activado el modo E de la caja de cambios, puesto a punto para conseguir los consumos más ajustados.
A media que el sol se va poniendo en el horizonte, y a pesar de que con el depósito lleno cuando lo cogí tenía autonomía para algo más de 900 kilómetros, iba llegando el momento de hacer una parada. No necesitaba echar gasolina, pero si deshacerme de otros líquidos y coger algo de comer. Vale que estábamos viajando en clase Business, pero ese día las azafatas con el carrito de la comida y bebida inexplicablemente no pasaron.
Lleno el depósito de gasoil, que con sus 70 litros y esos consumos irrisorios parece interminable. Ya con la noche cayendo sobre nosotros, seguimos la ruta que nos llevaba por la A-52 hacia Galicia. Las últimas rectas y tramos rápidos de Castilla-León nos permitieron ver un juego de luces digno del mejor espectáculo circense.
Por un lado el interior se tiñe de colores gracias a la espectacular iluminación LED que recorre todas sus arterias. Dispone de ocho tonos de iluminación que se pueden seleccionar a través del ordenador central. Sus colores son sencillamente espectaculares, muy agradables y en parte los responsables de que el habitáculo sea uno de los más acogedores del mundo.
Pero también hay que hablar de las luces del exterior, ya que las luces largas automáticas adaptativas te permiten viajar sin preocuparte de nada, ya que ellas mismas se encargan de ir adaptando el haz de luz a la zona que debes iluminar, evitando los coches que te preceden y adaptándose a la velocidad a la que ruedas.
Poco a poco las rectas van llegando a su fin y a medida que nos adentramos en Galicia, las curvas comienzan a dibujar el trazado de nuestro viaje. En tramos rectos o con curvas poco pronunciadas, el modo Confort de la suspensión hace que viajes en una auténtica balsa de aceite.
Eso si, cuando llegan curvas de verdad lo mejor es optar por el modo Sport, ya que las derivas son bastante altas y cuesta que el coche apoye y transmita confianza. Además a medida que las curvas se hacen más y más pronunciadas, sobre todo en el tramo de la A-52 que separa Ourense de Vigo, echo en falta un poco más de tacto en la dirección, que no transmite todo lo que debería.
Mientras mi novia dormía en el asiento del acompañante tal vez por la relajación extrema que le provocó alguno de los programas de masaje, yo disfrutaba de la calidad del equipo de sonido que en esta unidad estaba firmada por Burmester. Se trata del equipo de música opcional más accesible (1.393 euros), ya que para los que busquen un sonido digno del cine, tienen el Burmester High-End 3D surround que cuesta 7.977 euros.
No deja de sorprenderme por lo rápido que puedes viajar con este coche a pesar de su tamaño y la teórica poca potencia que tiene. Este motor es mágico, una maravilla que si va así de bien en este gigante, no quiero ni imaginarme como debe ir en un C 350 BluTec. Sin apenas darme cuenta, había llegado a mi destino.
Acababa de hacer 580 kilómetros en el Clase S, y os aseguro que nunca en mi vida, y eso que he hecho este viaje miles de veces en los últimos años, había llegado tan descansado. No hay en el mercado ninguna berlina capaz de ofrecer los niveles de confort del Clase S y creo que tampoco hay ningún otro con este nivel de equipamiento tecnológico.
El domingo tocaba volver a Madrid, porque el lunes había que trabajar. En esta ocasión, y teniendo el coche que estaba probando, me atreví a hacer algo poco habitual. En lugar de irme el domingo por la tarde-noche preferí estirar mi escapada de fin de semana y volver el lunes muy pronto, antes del amanecer. A las 6 AM nos pusimos en marcha, y a las 11 en punto estábamos en Madrid listos para un largo día de trabajo.
Fue ahí cuando me corroboré que ese confort del que hemos hablado durante toda la prueba es sin duda el punto más destacado del nuevo Clase S. En el total de la prueba, 1.500 kilómetros a ritmo alto con bastantes tramos urbanos y de autovía, en los que el consumo medio se quedó en 7,9 l/100 km. Ahora entiendo porqué los ricos más ricos del mundo son tan ricos (por los consumos) y porqué eligen el Clase S antes que otros coches (por su confort).
Mercedes-Benz Clase S : nuestra puntuación
.2
A favor
- Tecnología disponible
- Diseño exterior
- Confort
- Iluminación interior
- Versión larga
En contra
- Tacto dirección
- Suspensiones blandas
- Precio de opciones
Ficha técnica
Versión probada | 350 BT | |||
Cilindrada | 2987 cm³ | Tipo de tracción | Trasera | |
Bloque motor | V6 | Combustible | Diésel | |
Potencia máxima (CV @ rpm) | 258 @ 3.600 | Capacidad del depósito | 70 litros | |
Par máximo (Nm @ rpm) | 620 @ 1.600–2.400 | Consumo urbano | 7,1 l/100 km | |
Masa en vacío | 1975 kg | Consumo extraurbano | 5,2 l/100 km | |
Velocidad máxima | 250 (autolimitada) km/h | Consumo mixto | 6 l/100 km | |
Aceleración 0-100 km/h | 6,8 segundos | Capacidad maletero | 510 litros | |
Transmisión | 7G-TRONIC PLUS | Precio | 93950 euros |
El coche para esta prueba ha sido prestado por Mercedes-Benz. Para más información consulta nuestra guía de relaciones con empresas
Fotografía | Héctor Ares
En Motorpasión | Mercedes-Benz Clase S 350 BT, prueba (parte 1, parte 2)