Hace ocho años que conduje mi primer Fiat Punto de esta generación, por entonces el Grande Punto. Este modelo lleva dos restyling y se ha escrito mucho sobre él. En esta ocasión os presento un modelo muy especial, y el enfoque de la prueba será diferente al habitual.
Me refiero al Punto 1.4 8v GLP, con 77 CV de potencia y alimentación GLP/gasolina. Un coche para disfrutar de la carretera a precios más razonables, sin amargarnos por los precios mafiosos de la gasolina, y con todo lo que un joven necesita hoy día. No entiendo cómo este coche no se vende más.
Voy a abstraerme de algunas cuestiones que normalmente analizo, y me pondré en el pellejo de un chico joven, con el carné obtenido recientemente, que ve el coche como algo más que un medio de transporte. Alguien que ve el coche como un compañero de viaje, anécdotas, revolcones atrás y aventuras, y que llorará al venderlo o mandarlo al desguace.
Cuando cogí las llaves y retiré la unidad de prensa, sentí una sensación que tantas veces experimenté cuando empecé en esto, a los 21 años. Me hacía ilusión recogerlo. Y a estas alturas de mi vida, ya he cogido suficientes coches como para estar algo insensibilizado, pero no.
Lo primero que hice fue asegurarme que ambos depósitos, de gas y de gasolina, estarían llenos. Ciertamente lo estaban, de gas me entraron céntimos y de gasolina un par de litros insistiendo a lo Arturo de Andrés (un reputado periodista de motor). Este modelo carece de medición de consumos, vaya fallo.
¿Y por qué me hacía ilusión coger este Punto? No era por la novedad, ya que he cogido varias motorizaciones del Grande Punto y Punto Evo, sino por la libertad que me proporcionaría el GLP. Quería hacerle un porrón de kilómetros sin estar pensando en que la gasolina está por las nubes.
Un motor muy probado con gas licuado
Pero veamos a nivel técnico qué hace especial a este modelo. El Punto 1.4 8v de 77 CV usa un motor algo anticuado, con lo que eso supone: fiabilidad rocosa, pero que cumple con las normativas modernas. Tiene un depósito de gasolina de 45 litros, su consumo según Spritmonitor es de 6,9 l/100 km si no se usa NUNCA el gas.
Está adaptado de fábrica para funcionar con GLP, utiliza un equipo de inyección gaseosa de Landi Renzo. Eso significa que tiene cuatro inyectores de gasolina y otros cuatro de gas, integrados todos en el colector de admisión. En cristiano, inyección indirecta.
Los primeros instantes tras el arranque se hacen siempre a gasolina, hasta que coge algo de temperatura y pasa a funcionar con GLP. El conductor no notará la diferencia, salvo que mire un indicador del tablero de instrumentos o se dé cuenta de que los inyectores producen un sonido un poco más seco.
¿Qué es esto del GLP?
Es una mezcla de butano y propano que se almacena licuado en un depósito a presión, en el hueco que ocupa la rueda de repuesto, luego carece de ella. Caben 38 litros de gas, que actualmente se vende a 0,79-0,8 euros por litro en la mayoría de las estaciones que lo sirven. ¡Como la gasolina hace 10 años!
En otras palabras, lo llenaremos desde el agotamiento por 30 euros. Nos proporciona una autonomía menor que a gasolina, ya que el consumo en litros cada 100 km es superior. Esto se explica porque el gas es menos rico en energía por litro, y el motor tiene que tragar más, pero se compensa por su bajo precio.
Cuando tenía 21 años, la gasolina era muy barata, pero siempre andaba "pelao", así que la economía era muy importante para mi. El poder repostar a precios de 2004 es una sensación de gran impacto psicológico, os animo a probarlo algún día. ¿Diesel? Bah.
Algo justo de potencia, pero...
Se conduce igual a gas que a gasolina. Para notar la diferencia de prestaciones, o usamos correvit o nos cronometran, de otro modo es difícil apreciarlo. Es una conducción más divertida que la del Diesel equivalente, que nos permite estirar las revoluciones y notar un tacto más racing aunque no corre nada.
Ciertamente 77 CV no me impresionan y me parecen escasos, pero basta con acostumbrarse y saber de qué es capaz el coche y de qué no. En la época de mi padre con esta potencia algunos coches eran deportivos. Hay que jugar frecuentemente con el cambio, incluso en las autopistas, por lo que tiene un toque de diversión.
Los motores atmosféricos de gasolina e inyección indirecta están extinguiéndose, este es de los últimos coches que nos permiten disfrutar de la conducción con esta tecnología. Podemos conducir a tabla, como si nos persiguiese la policía, con un coste muy reducido y sin alcanzar velocidades de cárcel.
El Fiat Punto tiene, desde hace años, la dirección asistida de doble dureza (Dual Drive) muy agradable para aparcar y callejear. Su suspensión es la idónea para un coche de este segmento, es cómodo y con SIN control de estabilidad un coche fácil de dominar salvo que hagamos auténticas animaladas.
La caja de cambios es de cinco velocidades. No necesita más. De hecho, la quinta se le atraganta con ciertas pendientes, de más del 5%, incluso a más de 100 km/h. Al ser un motor de ocho válvulas, no respira muy bien y sus prestaciones son muy modestas. El que quiera un deportivo que pruebe el Abarth Punto, y después hablamos.
Pero yo os dije que no le analizaría de esa forma. Si uno sabe jugar bien con el cambio de marchas, tiene suficiente para circular a velocidades legales, incluso un poco más, y devorar kilómetros sin miedo a averías, ni a costosos mantenimientos, ni al precio al que tocará repostar y a ese tipo de cosas.
Acelera a 100 km/h en 13,2 segundos. A veces me he encontrado sacando la mano por la ventanilla, con una fusta en la mano, diciéndole: "¡Arre!". Acabé por cogerle mucho cariño a pesar de que la rapidez no es su mayor virtud. Se supone que alcanza 165 km/h, pero hay que echarle paciencia y recta en llano.
La homologación es de 5,7 l/100 km de gasolina y 7 l/100 km de gas. Si pudiésemos calcar esas medias, podríamos conducir del tirón 1.332 kilómetros. Si solo usamos gas, habrá que parar a repostar con algo de frecuencia, unos 400 kilómetros. Si eso no fuese posible, seguimos conduciendo a gasolina, solo que es más caro.
De consumos hablaré más adelante, si me lo permitís. También es un motor económico de mantener, ya que Fiat ha previsto unos intervalos de mantenimiento larguísimos, que son cada dos años o 30.000 kilómetros. Como diría Chicho Terremoto: ¡tres Puntos colega! Es un motor muy fiat-ble.
¿Y qué más nos ofrece este Punto?
A muy largo plazo, nunca romperá un turbo, ni se le llenarán los inyectores o la EGR de porquería, ni se estropeará el filtro de partículas. Tampoco dará problemas de válvulas porque vienen reforzadas de fábrica para funcionar con GLP. No todo iban a ser pegas, desde luego da tranquilidad.
Echemos un vistacillo al equipamiento. Tiene prácticamente todo lo necesario: control de crucero, climatizador automático, un equipo de música radio-CD con BlueTooth, conexión USB (compatible con iPod) y auxiliar. Tiene sensor de lluvia, el sistema Blue&Me con reconocimiento de voz, retrovisor antideslumbrante automático...
Quizás no parezca mucho, pero hay que mirar que hace unos pocos años, eran lujos en el segmento B. Más allá del ABS no tiene ninguna ayuda a la conducción, ni es semi-autónomo, ni frena solo, ni prepara el desayuno. Es un coche simple, pero no tanto como un Dacia Sandero, y a un precio interesante.
A nivel práctico tiene muchos huecos para colocar las cosas, incluyendo un compartimento especial para el móvil con suelo adherente de goma. Tiene tres compartimentos cerrados, incluyendo la guantera. Se pueden acomodar cuatro bebidas con comodidad, si no fumamos, porque el cenicero es de vaso.
Por dentro tiene buena habitabilidad, aunque delante vayan dos pasajeros de estatura generosa. La pega gorda de los asientos es la facilidad que tienen de ensuciarse, y de las inserciones negras del salpicadero mejor no hablo. Si nos ponemos muy sibaritas, sí, los indicadores del coche están un poco desfasados ya.
Su maletero no tiene una capacidad impresionante, son unos modestos 275 litros, pero suficiente para viajar con la pareja o unos amigos que quieran hacer kilómetros hasta la extenuación. No tiene doble fondo, ni siquiera la banqueta trasera está partida, se abate de una sola pieza.
Durante los 1.500 kilómetros de prueba, no puedo quejarme del confort de marcha. Tampoco es muy ruidoso aunque el motor suele ir alto de revoluciones. Los neumáticos 185/55 R15 tienen una dimensión muy racional, es lo que le viene bien a un coche de estos, no unos lastres de 17" con la excusa de la estética.
En seguridad el Punto tiene poco que demostrar ya, consiguió las cinco estrellas EuroNCAP hace años y tiene casi todo menos el reposacabezas central trasero (opcional) y el ESP (N/D). Trae cuatro airbags. Por lo tanto, mejor usarlo para cuatro que para cinco, en una colisión por alcance, bastan 30 km/h para que alguien salga con collarín.
¿Precios? Su PVP es de 16.650 euros, pero Fiat nos lo deja en 13.250 euros con la promoción vigente. Si entregamos un usado que haya sido nuestro más de tres meses, lo bajan a 12.450 euros. Si sacrificamos uno viejo para PIVE, 11.250 euros. Si lo financiamos con la marca, 10.250 euros y cuatro años de garantía.
Continuará...