Desde que se presentó hace ya unos cuantos meses el nuevo Porsche Cayman GT4, la gente no ha dejado de compararlo con el modelo más extremo y radical de la gama 911, el GT3 RS.
Incluso nosotros mismos, durante la prueba del Porsche Cayman GT4, no dejamos de meter referencias al GT3 RS, tal vez movidos más por el idéntico posicionamiento de ambos modelos, pensados por y para los puristas de los circuitos, que por las prestaciones reales de ambos modelos.
Y a decir verdad, después de ver la comparativa de Auto Express entre ambos modelos en la variante corta del Circuito de Silversotone, creo que comparar uno y otro es como hablar del día y la noche. Casi cuatro segundos de diferencia en una vuelta de un minuto es una diferencia demasiado grande a favor del mayor.
Vale que el Porsche Cayman GT4 hereda muchas partes del 911 GT3 "a secas", pero la diferencia de potencia entre un GT4 de 385 caballos y un GT3 RS de 500 caballos es tan amplia que ambos están en galaxias diferentes.
Lo mismo ocurre con el precio, donde el GT3 RS casi duplica los poco menos de 100.000 euros que cuesta el GT4. Aun así, siempre es un placer para los ojos y para los oídos ver una comparativa de este calibre y sobre todo comprobar como, tal y como pensábamos nosotros, decidirse entre uno y el otro no es tarea sencilla. Porque no solo hay que fijarse en los segundos frente al crono a la hora de decantarse por un coche de este tipo.
