El Príncipe Alberto II de Mónaco quiere prohibir los Porsche y Ferrari (y superdeportivos en general) en su principado en 2080. Si conoces un poco Mónaco o has estado allí alguna vez, leer esta declaración sólo puede provocar la risa. El problema es que Albert II lo ha soltado en una entrevista al semanal francés L'Express tras la cumbre sobre el cambio climático celebrada en París, la COP-21.
"Los que circulan con un Porsche o un Ferrari tendrán que dejar sus bólidos más a menudo en el garaje si, tal y como nos hemos comprometido, queremos llegar a la neutralidad en carbono en el año 2080 para Mónaco. Tomaré medidas restrictivas si es necesario", explicó en la entrevista.
El príncipe de Mónaco recordó que, aunque sean un país pequeño, están comprometidos con la lucha contra el cambio climático y se ha comprometido a reducir un 30 % la emisión de gases a efecto invernadero de aquí a 2030.
Si bien el cambio climático es un tema serio, las declaraciones del jefe de estado de Mónaco, un país urbanizado al 100 % y cuyo sustento se basa en el consumismo a ultranza derivado de su condición de paraíso fiscal, suenan a chiste.
Es cierto que el principado ha puesto en marcha una flota de car sharing compuesta por coches eléctricos, así como una flota de autobuses eléctricos. Pero, en contra de lo que dice el Príncipe, tengo serias dudas que muchos residentes extranjeros (los más pudientes del principado, jsutamente) le digan "¡Es formidable, me encanta ir en autobús!".
Más allá de lo que algunos podrían calificar de pedo mental, las declaraciones del príncipe forman parte de su estrategia de comunicación para presentar el país como un estado comprometido y avanzado y que nos olvidemos de que es un paraíso fiscal en el que reina la más absoluta doble moralidad. Para ello, el principado cuenta con una escudería de Formula E (Venturi, propiedad de Gildo Pastore, único constructor del principado), bicis eléctricas, autobuses eléctricos, el salón EVER Mónaco del vehículo eléctrico y declaraciones como las del príncipe Albert II.
En cuanto a la prohibición de los coches de gran cilindrada introdujo un matiz en la entrevista: "pero piense que esos vehículos seguirán evolucionando". Vamos, que confía que en 2080 todos los Ferrari y Porsche serán eléctricos o híbridos plug-in. Obviamente, nunca llegará a prohibir esos coches en su país.
Foto | «The Prince of Monaco in 2013». CC BY-SA 2.0