A una semana de que llegue el otoño, podemos confirmar que el de este año ha sido uno de los veranos más calurosos de los que se recuerdan en los últimos años. Los ecologistas ya advierten que 2016 va camino de ser el año más cálido desde que se tienen datos.
Ésta situación está afectando especialmente al Ártico que está viendo cómo su superficie congelada disminuye a la misma velocidad que el nivel de los mares sube. Allí se ha desplazado Alejandro Agag y uno de sus coches para concienciar de una situación que nos afecta a todos y bueno, ya de paso a mostrar qué puede hacer un Fórmula E sobre un terreno tan poco habitual.
El CEO de la Fórmula E junto con la fundación del Principe Alberto de Mónaco han querido hacer un llamamiento global y lo ha han hecho de la mejor forma que saben. La Fórmula E es la categoría de coches eléctricos más importante hasta el momento en la que las marcas involucradas desarrollan la tecnología más futurista en el terreno. El objetivo está claro, terminar con los combustibles fósiles que están deteriorando el planeta.
El encargado de abanderar el proyecto en el cascote Ártico ha sido Lucas di Grassi quien se ha divertido haciendo unos trompos sobre un trazado poco habitual.