El futuro de Figueruelas ha pendido de un hilo durante las duras semanas de negociación entre el Grupo PSA y el comité de empresa de Opel en el municipio zaragozano. Ante la amenaza del grupo francés de llevarse la producción del Corsa y de suspender las inversiones, tres de los cinco sindicatos han logrado firmar un preacuerdo.
Según ha informado el Grupo PSA, esos tres sindicatos representan al 75 % de los empleados y han suscrito un preacuerdo, con vigencia hasta 2022, para garantizar un futuro sostenible para la planta de Zaragoza. Tendrá que ser ratificado mediante una votación, que tendrá lugar mañana.
Carga de trabajo, al menos hasta 2022
El preacuerdo marco como parte de las negociaciones laborales del Convenio Colectivo ha sido ratificado por tres de las cinco secciones sindicales (UGT, CCOO y ACUMAGNE ) y cubre el período 2018-2022. La compañía tendrá que diseñar un plan industrial que permita mantener "a plena capacidad" la producción de Figueruelas, es decir, unos 478.000 vehículos al año.
UGT, que ha visto de forma positiva el acuerdo, ha reconocido que implica esfuerzos por parte de los trabajadores, como la disminución de 5 minutos de pausa, la congelación salarial en 2018 y rebaja de pluses por nocturnidad y festivos de un 5 %. Sin embargo se incluye un aumento del sueldo: incremento del 50 % del IPC en 2019 y 2020 y del 60 % en 2021 y 2022.
Desde el sindicato destacan que el hueco que dejará la marcha del Opel Mokka en la planta zaragozana ha de llenarse con nuevos productos. Por su parte, PSA ha afirmado lo siguiente:
"La empresa está convencida de que los empleados comprenderán la necesidad de asegurar el futuro de la planta gracias al plan de competitividad que allanará el camino para que Groupe PSA asigne nuevas inversiones y proyectos a Zaragoza".
Cuando PSA libró a General Motors de Opel, todo fueron palabras tranquilizadoras para los trabajadores de la planta en Zaragoza, que cambiaba repentinamente de manos. Sin embargo, se ha podido comprobar que la realidad ha sido otra.