Seguimos avanzando con esta colección de coches que nos llevaríamos a dar una vuelta (o varias) durante este caluroso verano. Es mi turno, y lo voy a aprovechar no sólo eligiendo trastos sobre ruedas para correr por ahí, que también, sino lugares ideales para visitar con los coches que se me han ocurrido. A cada lugar, un coche.
Prefiero no adelantar qué modelos concretos (y qué localizaciones) me han venido a la cabeza, pero espero que la lista final os resulte, como mínimo, curiosa. Poned mucha atención, porque este es mi Top 5 ideas para conducir en verano. Y como se trata de algo muy mío, no admito reclamaciones.
Citroën Méhari en Menorca
A mí si me dices que te hable de un coche de verano, indudablemente me voy al Citroën Méhari, coche irresistible do los haya. Es como lo del SEAT Panda de Héctor Ares, pero un poco más hipster. Es hablar de veranito y playa y situarme mentalmente en Menorca, correteando por las carreteras de Es Mercadal antes de bajar a Cala Barril y darme un buen chapuzón.
Y es que esa es la esencia del descanso veraniego: disfrutar sin problemas. Y si hay un coche que se me ocurra sencillo hasta la médula, ese es el Méhari. Cuerpo de resina plástica con una altura suficiente para meterse por caminos que otros ni sueñan, motor de los que se reparan con una caja de herramientas, modularidad basada en el principio de eliminar lo superfluo. ¡Llegó el verano!
Mercedes Viano en la Cornisa Cantábrica
Pero para que veas que no soy tan, tan neohippy, cuando pienso en fragonetas en vez de una T1, como está mandado, me viene a la cabeza una Mercedes Viano Marco Polo, a punto para pasar la noche en ella. Y eso me lleva a uno de esos proyectos que tengo pendientes en la vida: pegarme un garbeo por toda la Cornisa Cantábrica, sin prisas, con toda la tranquilidad, que para algo es verano.
Partir con apenas cuatro nociones básicas, sin planes, sin ataduras. Hacer noche donde me pillen las ganas, y de día visitar el País Vasco, Cantabria, Asturias y asomar el hocico por Galicia, a ver qué tal les va. A mí, con un vehículo cómodo y fiable como este, ya sé cómo me iría: de coña. Pienso en un CDI 2.0 BlueEFFICIENCY para abordar la ruta sin prisa pero sin pausa y por un coste razonable.
Corvette Stingray Convertible en Valencia
Vale, el de la foto es un Stingray poco Convertible, pero la imagen evoca exactamente lo que quiero expresar con esta idea de verano. ¿Qué mejor coche se me podría ocurrir para disfrutar de la siempre maravillosa luz de Valencia que el Chevrolet Corvette Stingray Convertible?
Lona que se abre al cielo en el tiempo que dura un anuncio de la tele, gas con tino para sacar a pasear sus 450 caballos sin que haya riesgo de encabritado masivo, patada al estrés de todo un año... y a disfrutar. ¿Sientes ya cómo el sol y el viento te van acariciando la piel mientras vamos en busca de la Albufera? ¡Esto es vida!
Jeep Wrangler en Cáceres
Con el Jeep Wrangler me pasa algo así como con el Citroën Méhari que comentaba antes: no concibo un verano sin uno de estos. Más allá de las capacidades offroad que pueda tener el Wrangler, la idea de libertad es lo que me gana y me enamora de este coche. Eso, y su aspecto rotundo, desprovisto de añadidos, con los postureos justos y necesarios. Mola.
¿Por qué me lo llevaría hasta Cáceres? Bueno, hasta Extremadura en general. Básicamente, para conocer desde el Valle del Jerte hasta las tierras de Mérida y un poquito más allá. Para recorrer parajes indómitos y hacer del verano una experiencia cultural única. Porque sí, porque Cáceres --y también Badajoz-- se me antojan rutas para labrar a golpe de Jeep.
Volkswagen Golf en Barcelona
Pero como la realidad y el bolsillo mandan, no me va a quedar otra que pasar el verano en Barcelona (eso sí, lejos de la ciudad siempre que sea posible) y triscando arriba y abajo con el Volkswagen Golf de mi señora, que para eso fue el primer coche que eligió ella. Eso sí, el color blanco lo sugerí yo, que la muy macarrilla (siempre con cariño y respeto) iba detrás de comprar uno de color negro.
A mí en principio el Golf ni me fu ni me fa (aun reconociéndole la parte icónica que tiene la saga), pero si he de apreciarle virtudes se las aprecio. Una fiabilidad general, un consumo de risa (al menos con el motor TDI 2.0 110 CV), una estabilidad nada desdeñable y un espacio más que razonable para los que somos en casa, son las cualidades que más le destaco.
En la parte negativa, un tacto de embrague que nunca me ha gustado, una visibilidad por retrovisores exteriores discutible y una caja de seis relaciones que le falta a esta versión. Le pasa otro tanto a la ciudad que me vio nacer, que tiene claros y oscuros. De visita todos somos guapos, y hay que reconocer que Barcelona sabe maquillarse para salir bien en las fotos. ¿Hablábamos de postureo?
No recuerdo quién va después de mí en este Top 5 ideas para conducir en verano, pero seguro que nos traerá otras tantas propuestas refrescantes para pasar el calor de estos días con un puntito de motor y una pizca de equipamiento, lo justo y necesario. Al fin y al cabo, ¡estamos en verano!