Como ya sabemos, estamos en guerra. Estar en guerra es muy estresante. Según los expertos consultados, esta podría ser una de las principales causas de ansiedad entre nuestros nobles soldados, que no terminan de acostumbrarse a los tiros. Para desconectar sin perder la concentración es importante buscarse deportes o juegos para matar el tiempo mientras no estamos en combate.
Es importante que nuestros soldados se relajen sin perder de foco para qué están aquí: para matar. Para salvar la honra de la patria un soldado tiene que ser valiente hasta cuando se relaja, así que solo se puede permitir juegos que contengan una parte de violencia y virilidad. Estos son algunos deportes recomendables para cuando nuestros soldados no combaten.
Tirar un tanque desde un campanario, a ver qué pasa
Nada da un chute de adrenalina tan grande como ver un vehículo destrozándose contra algo. En este deporte, siete soldados y una viuda suben a pulso el tanque hasta arriba, para luego arrojarlo al vacío. Así lo manda la tradición y el tanque no sufre. De hecho, si no lo hiciésemos se extinguiría. Luego, cada vez que se lance un tanque nuestros valerosos soldados podrán apostar si caerá o no más rápido que el anterior, por si en ese lapso de tiempo han cambiado los 9,8 m/s² en los que actualmente está la gravedad de La Tierra. Gana el que no esté debajo.
Capturar al sargento, vendarle los ojos, atarlo a una silla y hacerle cosquillas
Este es un antiguo juego arriesgado que para que salga bien requiere de una relación muy especial con tu sargento. Aunque también te lo puedes plantear como un experimento: Si quieres descubrir lo que pasa cuando troleas a alguien con mala leche, autoridad sobre ti y acceso a armas, ni lo dudes, este es tu juego. Aquí gana el que sobrevive.
Probar la munición de asalto contra latas de refresco
Un buen soldado nunca debe dejar de disparar, ni siquiera para relajarse. La competición de disparos a latas de refresco tiene el inconveniente de que el enemigo no sufre, pero al menos sube la autoestima de nuestros intrépidos soldados, que se aprovechan de la poca movilidad de las latas para acertar algún disparo. Gana el que más litros deja correr por la tierra.
Clavarse una cuchara entre los dedos
Reinventamos un clásico que está solo al alcance de nuestros soldados mentalmente más capacitados. Cómo algunos ya conocerán de las películas, esto consiste en desplegar todo tu intelecto para clavar lo más rápido una cuchara entre todos los huecos que dejen tus dedos abiertos sobre una mesa de madera. Al ganador habitualmente se le asciende, como es lógico.
Carreras de tanques por la trinchera
La competición deportiva por excelencia en tiempos de guerra. Las carreras de tanques ya han alcanzado tal popularidad que la Fórmula 1 se está planteando organizar un Gran Premio en zona de guerra. Los soldados con más habilidad al volante tendrán solo un disparo por carrera, por lo que tendrán que elegir bien a qué enemigo les interesa dejar fuera de combate. Literalmente. Aquí gana el que llega primero, como es lógico, y no hay honor ni recompensa para el segundo.
Jugar al pollito inglés en un campo de minas
Solo es darle un toque de emoción a algo que ya funciona, como el chorrito de güisqui en un café irlandés. Este deporte consiste en lanzar unas minas aleatoriamente por un campo y hacer que otros avancen lo más rápido posible hasta la pared tratando de esquivarlas. Dependerá de la valentía de los soldados si las minas están activadas o si todo forma parte de una estrategia para tenerlos a todos acojonados. Aquí gana el que manda.
Y, si no, siempre quedará el Fortnite
Pero si nada de esto convence a nuestros soldados, siempre quedará el Fortnite, el videojuego que nos devolvió la pasión por las armas y azuzó el patriotismo de la nación. Coge tu scar dorada y lánzate a por ese chaval de doce años que viendo cómo construye parece que va para arquitecto. Enchufa tu ordenador a una encina y relájate. Que estar en la guerra no te estropee el día.