Uno de los modelos que más ganas tenía de observar con detenimiento era el nuevo Mercedes-Benz SL 63 AMG (o SL 65 AMG, pero este no estaba en el salón o yo no lo ví) por todo el revuelo que se organizó alrededor de sus nuevas ópticas cuando aparecieron las primeras imágenes.
Y he de decir que las fotografías no le hacen ninguna justicia. Está claro que es un cambio demasiado radical en este modelo, pero fijándonos en todo el conjunto, esas ópticas le quedan muy, pero que muy bien y son el complemento perfecto para la nueva parrilla, inspirada en la clásica y bella figura del Mercedes-Benz 300 SL Gullwing.
Por lo demás, justamente lo que se espera de un modelo como este. La deportividad de su motor V8 6.3 de 525 CV está perfectamente plasmada a lo largo de toda su carrocería, que junto a las nuevas llantas y los nuevos apéndices aerodinámicos le confieren una presencia abrumadora.
En esta ocasión, la sobriedad interior presente en el C 63 AMG o en el CLS 63 AMG se ve radicalmente modificada por el uso de cuero rojo en gran parte de su tapizado. Y aquí tenemos el antónimo del Brabus SLR McLaren Roadster, ya que ese tono de rojo y en combinación con el negro es un interior casi perfecto.
Y como no, al igual que sus otros hermanos, el blanco impoluto era su máximo exponente. Precioso como él solo.
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