Mercedes-Benz Clase X, primeras impresiones a bordo: un pick-up refinado, cómodo y capaz
Sin duda uno de los lanzamientos más importantes de esta semana lo ha protagonizado el nuevo pick-up de Mercedes-Benz, el Clase X, que se desvelaba hace apenas tres días en Ciudad del Cabo, Sudáfrica. Hasta allí nos fuimos para verlo al natural y para ser uno de los primeros medios de todo el mundo en tener la oportunidad de viajar brevemente en él y conocerlo más a fondo.
A estas alturas ya estarás al tanto de toda la información sobre este Mercedes-Benz Clase X, pero tenemos más cosas que contarte sobre este vehículo que levanta pasiones y genera críticas a partes iguales. La marca alemana quería un pick-up para no desaprovechar el importante auge en ventas que se estima de aquí a una década en diversos mercados, y ésta es su apuesta.
La producción del Clase X en Barcelona, junto a sus primos de Nissan y Renault, dará comienzo en el mes de octubre y el modelo estará en el mercado español a partir de noviembre, con un precio base de unos 35.000 euros, impuestos incluidos. Como ya anunciamos, habrá tres versiones disponibles (Pure, Progressive y Power), de aspecto diferente y más o menos equipadas en función de las necesidades de cada cliente.
La oferta contará con dos motores diésel 2.3 litros de cuatro cilindros y origen Nissan (163 y 190 CV), así como un V6 Mercedes-Benz tope de gama de 258 CV, ya que la variante de gasolina (también Nissan) no se venderá en nuestro mercado. El Clase X estará disponible con tracción trasera o total (con reductora y bloqueo de diferencial opcional) y también con caja de cambios manual de seis velocidades o cambio automático.
La colaboración, un punto clave
Muchos ponen el grito en el cielo porque Mercedes-Benz haya desarrollado este nuevo producto en colaboración con una marca generalista como Nissan, pero lo cierto es que el fabricante japonés tiene una gran experiencia en materia de vehículos pick-up, lo cual es una garantía, y todo tiene su razón de ser.
En el universo de los vehículos industriales las colaboraciones de este tipo están a la orden del día, y Mercedes-Benz ha decidido que esta solución era la que mejor encajaba en sus planes. ¿Por qué? Primero porque querían lanzar el producto a la mayor brevedad, y un desarrollo propio habría sido mucho más largo.
En segundo lugar porque buscaban un producto relativamente asequible para el cliente final y, de haberlo desarrollado desde cero, su precio habría sido también más elevado, puesto que un vehículo de este tipo no se vende en números tan grandes como los turismos y rentabilizar su desarrollo habría sido una tarea bastante complicada.
Aunque se venderá en Europa, sus cifras de ventas serán más bien residuales, ya que esta pick-up está enfocada a mercados donde estos vehículos gozan de gran acogida, como Sudáfrica, Australia y ciertos países de Sudamérica, como Brasil o Argentina. Para estos dos últimos, además, el Clase X será fabricado en Córdoba (Argentina).
La marca alemana afirma que sus principales clientes serán familias activas, deportistas o amantes del ocio al aire libre, aunque también habrá un pequeño porcentaje de profesionales que opten por esta pick-up para realizar sus labores en el campo.
Entonces... ¿qué tiene de propio?
La marca estrella de Daimler insiste en que han realizado un intensivo trabajo sobre el modelo de Nissan para convertir el Clase X en un producto diferente, aunque tenga la misma base. Así pues, el aspecto del frontal y la trasera es típicamente Mercedes-Benz, aunque es cierto que en la vista de perfil -en especial por la línea de techo y los tiradores de las puertas- no puede esconder su origen.
El capó con marcados nervios, los faros delanteros o la parrilla frontal son herencia de la familia SUV de la casa alemana. Al principio se barajaron unos pilotos traseros horizontales, pero debido a que algunos usuarios circulan con el portón abierto, se desestimó la idea a favor de los pilotos verticales del modelo de producción.
En el habitáculo el Clase X propone muchas más posibilidades de personalización y un aspecto diferente. Salvo los mandos de la tracción total (en la parte baja de la consola), todo es Mercedes-Benz (ver foto del Navara): diseño del salpicadero, mandos de la columna de dirección, volante, cuadro de mandos, panel táctil, difusores de aire, pantalla mutimedia, botones de los elevalunas, etc... Según el acabado podemos encontrar molduras de metal o madera, algo poco habitual en este segmento de automóviles.
El Clase X ofrecerá accesorios como un techo duro (hardtop), cubiertas tanto rígidas como blandas para el cajón de carga, diversos tipos de defensas y barras antivuelco, o un baúl portaobjetos con cerradura. También es, según la marca, el primer pick-up conectado, ya que ofrece la posibilidad de acceder a información del vehículo desde nuestro teléfono móvil o un smartwatch, localizarlo o enviar un destino al navegador de manera remota, entre otras cosas.
Sólido, cómodo y capaz
Para podernos poner al volante del nuevo Mercedes-Benz Clase X tendremos que esperar probablemente hasta el mes de octubre, pero el fabricante sí nos ha permitido a unos pocos medios de comunicación subirnos brevemente como copilotos en asfalto y fuera de él, para comprobar de qué es capaz y qué nos espera el día que lo conduzcamos.
El sonoro ralentí del motor 2.3 litros se amortigua de manera importante al entrar en el habitáculo y cerrar la puerta. Parece que Mercedes-Benz ha hecho un trabajo adicional de insonorización para el interior, con el objetivo de ofrecer un producto algo más refinado.
En un tramo de asfalto dentro del circuito de las bodegas Anthonij Rupert, cerca de Ciudad del Cabo, salta a la vista que este Clase X resulta bastante cómodo y es más estable de lo que cabría esperar en un principio (estos coches suelen tener un eje trasero muy alegre), ya que despacha curvas rápidas sin que la trasera, descargada, se mueva un ápice. Incluso a la hora de afrontar una maniobra de esquiva, la zaga del Clase X va bien atada al asfalto.
Ya en la ruta off-road llama la atención la solidez del conjunto y la forma en que absorbe y afronta todo tipo de baches o rocas. Incluso en un terreno poco amigable, la suspensión resulta cómoda y la trasera no rebota en ninguna ocasión, a pesar de que en ciertas circunstancias es innevitable el bamboleo de los ocupantes en el interior (para eso hay asideros).
Con la tracción conectable de los cuatro cilindros (la del V6 es permamente), podemos cambiar entre tracción trasera e integral en cualquier momento, siempre por debajo de 100 km/h, aunque para activar la reductora es necesario poner la palanca de cambios en punto muerto. Durante la prueba el piloto utilizó tanto la reductora como el bloqueo opcional del diferencial, aunque no creemos que hiciera realmente falta para esta ruta.
Maniobra de cruce de puentes, ligero vadeo, zona de rocas, pendientes pronunciadas tanto cuesta arriba como cuesta abajo... La serie de ejercicios para este copilotaje deja claro que el Clase X tiene las capacidades que se le piden a un coche de este tipo (hay dos versiones, por cierto, una de ellas 20 milímetros más alta en opción).
Así pues, de Nissan toma todo lo bueno, como el chasis de travesaños o los sistemas de tracción, pero como Mercedes-Benz aporta un diseño específico, más atractivo, llamativo e incluso agresivo que el del japonés, más refinamiento y comodidad y, sobre todo, un interior con materiales de mayor calidad, con un mejor aspecto y opciones de personalización que te permiten hasta equiparlo con molduras decorativas de madera (¡un pick-up!).
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