Hay citas a las que todo apasionado del mundo del motor desea ir al menos una vez en su vida. Goodwood es una de ellas, un impresionante espectáculo centrado en el mundo del motor y la competición en el que puedes ver de todo, desde clásicos de valor incalculable jugándose una salida de pista, hasta modernísimos aparatos demostrando de lo que son capaces.
Y lo bonito es que no hay distinciones ni exclusiones, da igual la edad, la disciplina y la nacionalidad del coche, si merece la pena verlo en acción tiene que estar en Goodwood. Y gracias a esto encontramos, por ejemplo, este supervitaminado Mazda RX-7 preparado para drifting. Si ya de por sí el RX-7 es un japo deseado, éste en concreto es un coche para soñar con él... y para disfrutarlo.
Eso es precisamente lo que hace Mad Mike en el Goodwood Hill Climb haciendo alarde de unas manos privilegiadas para llevar de lado al RX-7 con su rotativo girando a no quiero ni saber cuántas revoluciones por minuto y quemando goma como si fuese gratis. Fíjate bien, tiene muy poco espacio y no va precisamente despacio. Sólo con tener la mitad de su habilidad podría conformarme.