La holandesa Spyker y la china Youngman, firmas mareadas por General Motors en la primera temporada del popular culebrón Saab, podrían estar a punto de protagonizar un bonito spin-off (lo que viene siendo una secuela derivada) con el Saab PhoeniX como plato principal.
En 2011, Youngman compró por 80 millones de euros la plataforma del que iba a ser el icono del resurgimiento de la firma sueca. Y Spyker… pues nunca ha dejado de lado el sueño saabista. El caso es que ambas visiones se unirán en una proporción de 80-20 (Youngman-Spyker) para dar vida al proyecto inconcluso de Saab. Pero ojo, porque esto no es más que el resultado de la noche de bodas.
En camino anda ya también un SUV de la firma holandesa basado en el Spyker D8 Peking-to-Paris que presentó en 2006, un impresionante bicho que al menos en Ginebra tenía un motor V8 sobrealimentado de 550 CV y 750 Nm con el que volar a 270 km/h. 25 millones de euros puestos sobre la mesa por Youngman y la tecnología de Spyker lo harán posible en una proporción de 75 y 25 %.
Además, el sí quiero definitivo se ha saldado con una dote de 10 millones de euros entre una participación del 29,9 % de Youngman en Spyker, por valor de 6,7 millones, y la concesión de un crédito de la china a la holandesa por el resto. Lo que el talonario ha unido, ni General Motors lo separará.
Fuente | Automotive News
Foto | Liftarn
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