Primero los trabajadores de la compañía decidieron disolver la empresa. Hoy los accionistas de la empresa han decidido lo mismo y empezar el proceso de liquidación: la venta de los activos y el pago del pasivo. En otras palabras menos económicas: rematar la empresa moribunda.
Oficialmente ya es el fin. Santana es el ejemplo de una empresa que no ha sabido adaptarse a los tiempos modernos y que ha tenido una mala gestión. Se puede sobrevivir vendiendo producto añejo, pero Santana Motor no lo ha conseguido. VEIASA gestionará sus despojos financieros en lo sucesivo.
Ahora la zona industrial que deja la empresa será aprovechada por otras nuevas para que no se produzca un impacto negativo en la economía de la región. Nos da pena, sí, pero si apenas fabricaban vehículos y apenas vendían, no se podía mantener la fábrica del aire ni de admiraciones. Su época ha terminado.
D.E.P. Santana Motor (1956-2011)
Fuente | Olé Sevilla, Cinco Días, 20 Minutos
En Motorpasión | Descanse en paz Santana Motor