Financiar un coche es la fórmula más utilizada a la hora de comprar un vehículo. Pero, como es sabido, no todo el mundo tiene la posibilidad de acceder a un préstamo bancario para comprarse un coche. Para dar salida a este problema, en Estados Unidos han encontrado una solución... diferente: a los compradores con un historial crediticio malo les ponen un dispositivo que les bloquea el coche de forma remota si incumplen los pagos de su préstamo.
Lo cierto es que en el país americano hay un boom de créditos basura (financiación de alto riesgo), que sólo en el primer trimestre de 2014 movió más de 145.000 millones de dólares (unos 114.000 millones de euros). Con un pastel como ese, ¿quién se negaría a tomar un pedacito? Ah, pero la sombra de la burbuja de las hipotecas subprime que estalló en 2008 es alargada, de manera que se busca una forma de garantizar los pagos. Conclusión: si no pagas, te desconectan el coche.
Un extenso reportaje publicado en The New York Times da buena cuenta de las primeras consecuencias que está conllevando esta forma de proceder. Sin un marco regulador claro, las firmas que dan financiación a personas con alto riesgo de impago se toman la libertad de detener los vehículos en cualquier momento y circunstancia. No estamos ante un mercado pequeño: el 25 % de las ventas de automóviles realizadas en 2013 se materializaron con créditos de alto riesgo.
A una usuaria se le detuvo el motor del coche circulando por una autopista
No es menor el problema de privacidad que supone este sistema. Hay firmas que impiden que el coche viaje más allá de un radio determinado, para evitar la fuga del comprador, y si el coche sale de ese ámbito territorial, se envía una grúa a buscarlo. También hay quien denuncia que el sistema de control haya sido utilizado para localizar a una víctima de malos tratos que huía de su pareja.
Desde las financieras que utilizan esta novedosa forma de control vinculado al uso del coche se defienden explicando que antes de proceder al bloqueo del vehículo lanzan avisos que cada cinco minutos recuerdan al conductor que debe pagar su deuda. Y por la parte de los usuarios ya se ha puesto en marcha lo de hecha la ley, hecha la trampa, aunque también es cierto que aquí ni siquiera hay una ley, pero trampas sí que hay. Y hay unas cuantas, de hecho.
Están los tutoriales para saltarse el control de la financiera, luego están los dispositivos que venden los prestamistas a los prestatarios y que simulan bloquear el bloqueo pero en realidad no lo hacen, e incluso un tipo que, destornillador en mano, se cargó el sistema para evitar que le parasen el coche en cualquier lugar. El Far West de los créditos de alto riesgo es así.
Estas limitaciones para acceder a un coche en una realidad social como la estadounidense, donde la tenencia de un vehículo privado es en muchas ocasiones una necesidad vital para acceder a un empleo, están generando un amplio debate que, quizá, llegue algún día a nuestro mercado. Ojalá que tardemos en verlo por aquí.
Vía | The New York Times