El cierre definitivo de la factoría de Nissan en la Zona Franca de Barcelona podría posponerse hasta junio de 2021, según la propuesta que ha lanzado la empresa a los sindicatos. Además, no se aplicaría ningún despido hasta diciembre de 2020.
Estas son algunas de las condiciones que propone Nissan a sus trabajadores, a cambio de que estos abandonen la huelga que mantienen desde el pasado 28 de mayo. La propuesta, que trasladó ayer el responsable de operaciones industriales de Nissan Motor Ibérica, Frank Torres, responde a las peticiones de los sindicatos de conseguir más tiempo para buscar alternativas, tanto para la planta como para sus proveedores.
Según explicó Torres, Nissan no ha recibido aún "ninguna oferta concreta" sobre cómo dar salida a la factoría de la Zona Franca y los centros de Sant Andreu de la Barca y Montcada i Reixac, también en Barcelona. Por el momento, solamente se ha garantizado actividad para el almacén de recambios de El Prat.
Este indulto para el centro de El Prat supone salvar el sustento de 120 personas, un consuelo menor en comparación con los 3.000 puestos de trabajo directos y 20.000 indirectos a los que está previsto que afecte el cierre de Nissan en Barcelona. Las otras dos plantas que tiene Nissan en España, ubicadas en Ávila y Cantabria, seguirán fabricando componentes para otras factorías europeas.
Cuatro puntos para el acuerdo, y sin noticias de las administraciones públicas
El próximo 30 de julio terminará el proceso de consultas en el que se encuentra ahora mismo la negociación del cierre de Nissan Barcelona. Dada la cercanía de la fecha, la empresa ha sintetizado sus propuestas en cuatro puntos:
- Alargar la fecha de cierre de las operaciones industriales de Nissan en Barcelona hasta finales de junio de 2021, en atención a la petición de los trabajadores para "estudiar opciones de reindustrializacion".
- No aplicar despidos traumáticos entre el 30 de julio y el 20 de diciembre de 2020, dando así varios meses de plazo para el estudio y análisis de posibles alternativas de reindustrialización sin la ejecución de despidos.
- Lo anterior queda supeditado a que antes del 30 de julio se alcance un acuerdo sobre los términos económicos y condiciones de finalización del plan de salidas, y a que se reinicie la producción en las plantas de la Zona Franca, Sant Andreu de la Barca y Montcada i Reixac, tras la parada técnica de verano.
- La empresa confirma su intención de crear un grupo de trabajo para asegurar el mantenimiento en Cataluña del Centro Técnico de Nissan Europa en Barcelona, así como del departamento de Compras. También mantiene la intención de formar un grupo de trabajo con los proveedores para ayudar a encontrar alternativas, aprovechando el margen de seis meses propuesto para el cierre.
Aunque la amenaza sobre los centros de Nissan en Barcelona se materializó a finales de mayo, las dudas sobre el interés real del fabricante japonés en nuestro país llevaban años de errática trayectoria. Finalmente, los problemas financieros y de confianza de Nissan en el mundo, asociados al vergonzoso culebrón sobre el que fuera su cabeza visible, Carlos Ghosn, el replanteamiento comercial de la alianza Nissan-Renault y, en una lectura local, la infrautilización de la planta principal de Barcelona, sirvieron para poner fecha a una muerte anunciada.
Ahora, esa fecha podría posponerse seis meses más. Y mientras todo este proceso avanza de forma imparable, sorprende la aparente inacción de las administraciones públicas, que más allá de amenazar a Nissan con una factura de 1.000 millones de euros, no han puesto sobre la mesa un verdadero plan de acción que permita ofrecer una esperanza a las 23.000 personas que ahora están sentenciadas al desempleo y sólo pendientes de que se les ejecute la condena.
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