Ayer se firmó en China un acuerdo entre dos gigantes, General Motors y SAIC Motor. Consiste en llevar un paso más allá su colaboración para desarrollar una nueva familia de motores de pequeña cilindrada (1.0 a 1.5 litros) pero con un rendimiento más elevado.
Esta familia de motores combinará la inducción forzada (turbo) con inyección directa de gasolina, para mantener un buen nivel prestacional con las ventajas de un motor pequeño. Inicialmente se destinarán al mercado chino y después para el exterior, no han especificado a dónde.
Estos motores se combinarán con una transmisión automática de doble embrague en seco, para ofrecer el confort de una caja de cambios tradicional con la eficiencia de una caja manual. La combinación de estos motores y transmisiones esperan aliviar el consumo en un 20% respecto a una solución tradicional utilizada hoy día.
Es inevitable acordarse de un fabricante que ha puesto en éxito esta filosofía: el grupo Volkswagen. La combinación de los motores TSI (inducción forzada + inyección directa) con las cajas de doble embrague (DSG) ha conseguido consumos de motor pequeño con prestaciones de motor grande e incluso mejor rendimiento que cajas manuales.
Poco a poco, el motor atmosférico de gasolina va muriendo. Le pasa en las cilindradas altas, medias y bajas. Es normal, un motor pequeño que puede funcionar puntualmente como uno más grande afecta positivamente al rendimiento, es decir, la relación entre la potencia y el consumo de combustible. En el mundo del Diesel nadie lo pone en duda ya.
Solo con reducir un 20% las emisiones de coches chinos ya ahorramos al medio ambiente una barbaridad de emisiones. El mercado chino progresa muy deprisa, y se van abandonando las soluciones más clásicas y fiables por otras más eficaces. Estos nuevos motores no se han diseñado aún, por lo que es apresurado hablar de cifras: no existen.