Desde el 1 de abril, momento en el que ya los carburantes estaban completamente disparados debido a las tensiones geopolíticas, se ha aplicado un descuento mínimo de 20 céntimos por litro para aliviar el bolsillo del consumidor a cargo -en su mayor parte- de las arcas públicas.
Dicha medida dejaba de estar vigente el 30 de junio, pero el Gobierno la prorrogó ante la escalada de los precios. En países como Alemania esta subvención ha finalizado hace poco, mientras que Francia ha anunciado que aumentará su actual descuento de forma temporal. ¿Qué hay de España?
En España la última prórroga a la subvención estatal de los combustibles fósiles estará vigente hasta el 31 de diciembre de 2022.
A partir de esta fecha dejaremos de disfrutar de esos 20 céntimos por litro de descuento, que en el caso de las grandes petroleras han subido hasta los 30 céntimos para sus socios.
Una rebaja que se paga vía impuestos y que después hay que devolver a las empresas que están sufragando los 5 céntimos como mínimo a los que están obligadas. Los otros 15 céntimos lo paga el contribuyente.
Lo cierto es que el mes de agosto no ha sido especialmente duro para el bolsillo del conductor: la bajada generalizada de los precios de los carburantes ha conseguido mantener la galopante inflación, pero se está produciendo una nueva subida.
El diésel sigue siendo el combustible más castigado y su diferencia de precio con la gasolina se acentúa cada vez más: el precio medio del litro de gasóleo se mantiene por sexta semana consecutiva por encima del de la gasolina y se eleva la brecha hasta los 16 céntimos.
Hoy el gasóleo A+ se paga de media a 1,923 euros el litro, mientras que la gasolina sin plomo 95 baja hasta 1,688 euros (sin descuentos). De esta forma, con respecto a la misma semana de hace un año, el precio medio del litro de gasolina es un 19 % más caro, mientras que en el caso del gasóleo se ha encarecido casi un 46 %
Todo apunta a que los precios del diésel continuarán al alza: en España existe mucha demanda, hay poca capacidad de refino y los altos precios del gas natural los empujarán hacia arriba.