Nada más estrenar el cargo, la reelegida Presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha declarado que mantendrá su objetivo de vender sólo coches eléctricos nuevos a partir de 2035 en Europa. No obstante, relajando la posición que mantenía hasta ahora con los combustibles sintéticos, ha asegurado que “hará una modificación de la política automovilística para permitir los e-fuels”.
Con este movimiento la alemana podría contentar a las cuatro formaciones que la han vuelto a poner al frente del Ejecutivo Europeo, tan opuestas entre sí en algunos aspectos. De hecho, abrir la puerta a los e-fuels era una de las aspiraciones del Partido Popular Europeo (PPE) al que pertenece la propia Von der Leyen. Pero otras prioridades del PPE se quedan fuera.
Así afectará al sector de la automoción el nuevo Ejecutivo Europeo
Ursula Von der Leyen se mantiene al frente del Ejecutivo Europeo tras las últimas elecciones, gracias a los 401 eurodiputados que han votado a su favor (284 en contra y 15 abstenciones que cuentan como un voto en contra). La nueva mayoría, formada por cuatro grupos, se ha inclinado hacia la izquierda, y no hacia la derecha como muchos podían suponer que pasaría.
En principio no era fácil, pero Von der Leyen ha conseguido poner de acuerdo a los miembros del PPE, que ven en ella a una miembro de su partido comprometida con sus prioridades, y también a los Socialistas (S&D), a los liberales de Renew Europe o a los ecologistas de Los Verdes, pues a todos ellos les ha prometido recoger algunas de sus propuestas clave.
En lo referente a la industria automovilística europea, de momento la Presidenta no va a revisar la prohibición de vender coches nuevos y furgonetas de gasolina o diésel de cara a 2035 como querían en el PPE, pero, tal y como ella misma ha avanzado, abrirá la puerta a los e-fuels o combustibles sintéticos que podrían salvar millones de vehículos de combustión.
Aunque esto supone un respiro para muchos conductores europeos, los combustibles sintéticos o e-fuels, con sus ventajas e inconvenientes, todavía tienen muchos escollos para convertirse en el salvavidas para que los motores de combustión no mueran todavía.
Hemos de recordar que los carburantes sintéticos o e-fuels son combustibles líquidos, similares a los hidrocarburos comunes como la gasolina o el diésel que usamos en la actualidad pero, a diferencia de estos, no proceden de fuentes de energía fósiles. Además, tienen propiedades fisicoquímicas similares a los combustibles actuales, por lo que pueden utilizarse en motores térmicos sin necesidad de complejas adaptaciones como sucede por ejemplo con el hidrógeno.
También es aprovechable la cadena de distribución y almacenaje de carburantes actual. Sin embargo, la producción de e-fuels es todavía un proceso complejo con muchas etapas intermedias, que depende de las energías renovables para que tenga sentido. Y eso no es barato. Por lo menos, no hasta que se produzcan en volúmenes mayores a los actuales.
Pese a las pruebas que actualmente están llevando a cabo grandes petroleras como BP, Shell o Repsol y los proyectos que tienen en marcha hace años fabricantes como Porsche, Audi, BMW o Toyota, entre otros, por el momento no hay e-fuels para todos, ni se espera que los haya de cara a un futuro a corto plazo.
Otros retos en mente para Europa en los próximos cinco años
Más allá de los combustibles sintéticos, los próximos cinco años presentan numerosos desafíos para Ursula von der Leyen, quien busca estabilidad en un momento en que varios líderes europeos enfrentan importantes retos políticos en sus países.
En este sentido, antes de ser reelegida Von der Leyen ya prometió mantener las ambiciones climáticas de la UE, mejorar la competitividad y fortalecer las industrias de defensa. Además, anunció que en sus primeros 100 días implementaría un "acuerdo industrial limpio" para impulsar la manufactura europea, y aseguró que la próxima Comisión preparará el camino para una reducción del 90% de las emisiones en 2040.
Ante los conflictos en Europa y sus alrededores, la Presidenta ha subrayado la necesidad de una “Europa fuerte en un periodo de profunda ansiedad e incertidumbre”. Otros asuntos de su preocupación incluyen el riesgo de un conflicto más amplio en Oriente Medio y las tensiones comerciales entre la UE y China.
Asimismo, el bloque luchará por alcanzar sus ambiciosos objetivos climáticos y definir cómo implementarlos, mientras enfrenta la amenaza de un enfrentamiento comercial con China y la posible reelección de Donald Trump en la Casa Blanca, lo que podría debilitar los esfuerzos de los aliados de Ucrania en su lucha contra Rusia.