Cepsa acaba de anunciar que ha llegado a un acuerdo para comprar la red de estaciones de servicio de Ballenoil: una de las gasolineras baratas más populares en España, que en la actualidad cuenta con más de 220 establecimientos automatizados repartidos por el territorio nacional, aunque en apenas cuatro años el número podría duplicarse.
Con este movimiento estratégico, la petrolera de Mubdala y Carlyle no sólo busca entrar de lleno en el ámbito de las gasolineras low cost, sino que aspira a recortar distancias con Repsol, líder hoy por hoy en estaciones de servicio en nuestro país, con más de 3.300 gasolineras.
Una estrategia redonda para disparar beneficios
El anuncio de la compra de Ballenoil por parte de Cepsa, también trae consigo el compromiso de ambas compañías para crear “un plan para alcanzar las 500 estaciones de servicio en 2027”.
Asimismo, Cepsa quiere “convertir a Ballenoil en el referente en materia de sostenibilidad en el segmento low cost, para lo que reforzará progresivamente la oferta de puntos de recarga eléctrica e incorporará la venta de biocombustibles”, dice el comunicado.
De esta forma, Cepsa, que cerró 2022 con 1.484 estaciones de servicio según la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP), hacia finales de 2027 tendría casi 2.000 al cierre de 2027, frente a las más de 3.300 de las que dispone Repsol, que sigue liderando el sector de las gasolineras en España.
Pero el gigante que dirige Maarten Wetselaar no sólo quiere crecer en número, sino que busca cubrir la cada vez más alta demanda de combustibles a precios económicos: un mercado del que los gigantes como Cepsa se habían mantenido alejados hasta ahora, ya que el modelo de negocio de las gasolineras baratas obliga al distribuidor a estrechar márgenes de beneficio.
Asimismo, que Ballenoil se integre en la que a día de hoy es la segunda mayor petrolera de España, beneficiará a la red de estaciones low cost en el ámbito de los combustibles sintéticos y alternativos, pues Cepsa lleva años invirtiendo en ellos. Sólo la remodelación del complejo petroquímico de la Rábida (Palos de la Frontera, Huelva), supone una inversión de más de 1.000 millones de euros por parte de la petrolera.
Es importante señalar que el acuerdo, todavía sujeto a la aprobación de las autoridades competentes, contempla la conservación de la marca Ballenoil (y su estructura) para consolidarla como un referente en el segmento low cost, “con precios que faciliten la movilidad en un contexto de alta volatilidad en el precio de la energía, mayor inflación y fuerte crecimiento en la demanda del modelo low cost”, dicen ambas compañías.
Ballenoil, que fue una de las cadenas de gasolinera baratas pioneras en España, se basa en un modelo de negocio con estaciones de servicio automatizadas (aunque en horario comercial cuentan con personal) que funcionan las 24 horas y un servicio de autolavado.
Este tipo de estaciones cada vez cuenta con más clientes, y aunque el precio del acuerdo no ha trascendido, el valor de la firma low cost habría crecido hasta los 470 millones de euros a finales de 2022.