Los primeros parques eólicos instalados en Europa y EEUU ya han empezado a cumplir su vida útil, y con la gran cantidad de proyectos que se están llevando a cabo a nivel global para impulsar la energía eólica, pronto habrá decenas de miles de aerogeneradores obsoletos.
Muchos se pueden repotenciar para seguir funcionando un tiempo, pero el resto tendrá que someterse a su desmantelamiento y reciclaje. Solo en España, las palas de los aerogeneradores sumarán unas 25.000 toneladas de residuos este mismo año. Y darles una segunda vida no es un proceso fácil.
Palas reconvertidas en parques infantiles o paradas de autobús
Según WindEurope, muchos de los parques eólicos terrestres de Europa de hasta 14 GW llevan ya más de 20 años funcionando y los de 78 GW lo habrán hecho en 2030. En Dinamarca, Portugal y España tenemos los parques eólicos más antiguos en términos relativos, ya que la edad media de los aerogeneradores es de más de 12 años.
Para estos aerogeneradores en proceso de jubilación, en Europa existen proyectos muy diferentes para su repotenciación. Destacan los de Alemania, pues de los 170 parques eólicos que se han repotenciado recientemente, más de la mitad se han llevado a cabo dentro de sus fronteras. Los Países Bajos también son de los que más están repotenciando.
Los estudios presentados en EoLIS 2022 muestran que, por término medio, la repotenciación reduce el número de turbinas de un parque eólico a una cuarta parte, al tiempo que aumenta la capacidad instalada del parque en un factor de 2,7 y triplica su producción de electricidad.
Pero pese a que parece una buena opción para alargar la vida de los aerogeneradores (de cinco a diez años), no siempre es posible. Como opción B, se llevan a cabo distintas medidas para el reciclaje y aprovechamiento de los residuos que generan estos gigantes de viento.
En este sentido, hace casi una década que existen iniciativas y proyectos tan interesantes como el de Superuse, un colectivo capaz de convertir palas de aerogeneradores en parques infantiles, bancos públicos o incluso mamparas para paradas de autobús.
En EEUU, con más de 70.000 aerogeneradores en funcionamiento, el problema podría ser especialmente preocupante, ya que la mayoría de los que quedan obsoletos en lugar de reciclarse o repotenciarse, acaban en el vertedero. Entre los principales motivos se encuentran el coste del proceso y su dificultad, pero también la falta de normativa que prohíba estas prácticas.
Pero ¿por qué es tan difícil su reciclaje? Según la Asociación Empresarial Eólica (AEE, patronal de fabricantes española) actualmente es viable reciclar o reutilizar hasta el 83 % de los materiales de un aerogenerador (acero, cobre y aluminio), y constituye una práctica habitual el aprovechamiento de muchos sus componentes como piezas de repuesto, como puede ser el caso de la torre, la multiplicadora y la góndola.
El problema está en la ‘nacelle’ —elemento que se sitúa en la parte superior de la torre y sobre el que giran las palas—, que está fabricada en acero pero revestida con fibras de vidrio. También las palas, otro de los elementos más difíciles de reciclar por culpa de este material.
En la actualidad, los procedimientos más utilizados son el reciclaje mecánico (que consiste en triturar las palas para su uso en el sector de la construcción como cemento, pavimentos, y aislamientos térmicos y acústicos) y el reciclaje térmico, que se lleva a cabo fundiendo las palas en hornos de pirólisis, para recuperar las fibras de vidrio. En cualquier caso, son procesos que todavía no se llevan habitualmente a escala industrial.
Tanto en el sector público como en el privado, ya se trabaja en distintos proyectos que puedan aportar soluciones que permitan avanzar hacia el aprovechamiento completo de los componentes de un aerogenerador, siendo los materiales compuestos de los que están fundamentalmente fabricadas las palas, una de las principales líneas de investigación.
El pasado mes de diciembre, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) convocó la última convocatoria de tres programas de ayudas dedicados a proyectos de repotenciación circular eólica, de renovación hidroeléctrica y de reciclaje de palas de aerogeneradores, con una dotación conjunta de 222,5 millones de euros de fondos Next Generation EU.