Noruega, el paraíso del coche eléctrico y el que cuenta con mayor número de coches eléctricos per cápita, está empezando a comprobar que la abundancia de estos vehículos no solo trae beneficios. Desde el ministerio de transportes del país ven en su crecimiento un agujero en las arcas de Estado y un detrimento en el uso del transporte público, sobre todo tras la pandemia.
Por ello, quieren animar a la población a dejar aparcados sus coches eléctricos y hacer uso del transporte público en una nueva propuesta.
Objetivo: sacar los coches eléctricos de las ciudades
"Es genial que la gente use coches eléctricos. Pero no es suficiente cuando las personas se suben a sus automóviles y conducen a áreas concurridas de la ciudad en lugar de caminar, andar en bicicleta o tomar el transporte público", ha dicho el ministro de transportes, Jon-Ivar Nygard en una entrevista en televisión sin llegar a aportar cifras.
Y es que el Gobierno del país nórdico está viendo cómo los vehículos eléctricos se han convertido en "una clara competencia del transporte público en áreas urbanas", ha dicho el ministro.
El objetivo es hacer más atractivo el tren, el autobús o viajar en bicicleta o a pie. Aún no se ha tomado una decisión, pero reconoce que el Gobierno está replanteándose el plan para reducir las pérdidas en el sector del transporte público.
De momento, decenas de rutas en ferry serán gratuitas para todos los ciudadanos y visitantes a partir de julio.
Otra forma de conseguir desincentivar el uso del coche eléctrico en la ciudad es rebajar los incentivos fiscales para la compra de estos vehículos, así como los privilegios tales como las rebajas en los peajes o en las tarifas de aparcamiento.
Si bien las ventas de vehículos eléctricos dominan las listas noruegas, su participación en la flota de automóviles nacional actual es del 15,9 %, y aproximadamente el 80 % todavía funciona con combustibles fósiles.