A finales de 2020 se anunció una actualización de la Nissan Navara. La mítica pick-up japonesa lleva décadas siendo una de las mejores opciones para los que busquen un todoterreno muy capacitado y bien de capacidad de carga.
Por desgracia los tiempos cambian, el mercado manda y las marcas obedecen, y Nissan ha decidido poner fecha de caducidad a la Navara, o al menos la destinada al mercado europeo.
Toca irse despidiendo de la Nissan Navara
Esta decisión está en parte motivada por el cierre de la planta barcelonesa de Nissan. Una traumática decisión industrial que aparte del impacto laboral y socioeconómico de un centro que empleaba a miles de personas, también se lleva por delante la producción de la Nissan Navara.
La exitosa vida comercial de la Navara arrancó en 1986 y desde entonces se ha colocado como una dura rival para la todopoderosa Toyota Hilux. La última generación de la Navara llegó en 2014, pero el consumo decreciente de pick-ups en Europa ha llevado a Nissan a declarar su final sin una sustituta a la vista.
A mediados de 2017 por fin la normativa aplicada al segmento pick-up cambió mediante la Instrucción 17/TV-97 y pasaron de considerarse camiones de caja abierta a un epígrafe similar al de los turismos. Así se suprimió su velocidad máxima de 90 km/h o la posibilidad de utilizar carriles de alta ocupación, entre otras modificaciones.
Este cambio dio un pequeño impulso al nicho, pero las ventas no han acabado de remontar durante los últimos años y la Navara parece que va a desaparecer de nuestras carreteras como ya lo han hecho la Mercedes-Benz Clase X y la Renault Alaskan, derivadas de la japonesa.
También hay que tener en consideración que las pick-up pertenecen a esos tipos de vehículos poco deseados actualmente en las gamas, pues con la entrada de la Euro6 elevan considerablemente las cifras de emisiones medias.
Nissan ha decidido que no les compensa conservar un vehículo grande, pesado y muy contaminante (comparativamente con el resto de su gama). Para mantener a la Navara en catálogo habría que desarrollar una nueva plataforma, dotarla de electrificación y, sobre todo, venderla lo suficiente como para amortizar su puesta en escena. No parece que sea el caso.
De momento podremos seguir viendo a la Navara en los concesionarios hasta que se agote el stock previsiblemente en 2022. A partir de ahí quizá la marca decida satisfacer la demanda si la hubiera con unidades producidas en la planta que Nissan tiene en Tailandia.
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