Hace una semana no pudo ser. A pesar de lograr su segundo título, Sebastian Vettel no se mostró del todo contento. Conseguir el título pisando el último escalón del podio le sabía a poco. Siete días después la cosa ha cambiado por completo. En el Gran Premio de Corea, Vettel ha logrado su décima victoria de la temporada arreglando el “desaguisado” de ayer en el que Lewis Hamilton le “birló” la que sería su decimotercera pole de la temporada.
En cuanto a la victoria, la carrera tuvo poco interés. Vettel consiguió superar a Lewis Hamilton en la primera vuelta y a partir de ahí puso tierra de por medio. Ni siquiera la aparición de un coche de seguridad, que deshizo su ventaja, fue suficiente como para que alguien le plantara cara.
Por detrás las cosas fueron bien distintas. La lucha entre Hamilton, Webber, Button, Alonso y Massa por las posiciones de podio animó la carrera y ya desde los primeros compases pudimos comprobar que saborear el champán iba a estar muy caro.
La estrategia con los neumáticos jugó el papel fundamental que todos esperábamos y ahí, Ferrari volvió a perder la batalla. Mantener en pista a Alonso y Massa con unos neumáticos superblandos que se venían abajo mientras los rivales estrenaban blandos condicionó el resultado de español y brasileño. Aún así, todo parece indicar que la quinta y sexta posición era a lo más que podían aspirar.
Serían en las últimas vueltas en donde veríamos buena parte del interés. Webber atacaba a un Hamilton, hoy sí veía por sus retrovisores, como gato panza arriba mientras que Fernando Alonso trataba de alcanzar a Jenson Button. Ninguno de los dos pudo y Hamilton y Webber completaron el podio. Los resultados de hoy hacen que Red Bull consiga matemáticamente el título de constructores.
Pero si por delante la luchas estaban más o menos claras, por detrás ha habido un piloto que ha sobresalido por encima de todos, Jaime Alguersuari. El piloto de Toro Rosso ha finalizado en séptima posición, igualando su mejor resultado hasta la fecha.
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