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Ya sería demasiado extraño que el final del campeonato del mundo de F1 transcurriese tranquilamente, sin más historia que ver las carreras y el duelo entre los dos grandes campeones. Eso sería lo de recibo, lo que haría que me siguiera haciendo ilusión ver una carrera de F1. Que al final gana Alonso, oye, ¡qué bien! Que gana Schumacher, vaya, ¡pues estupendo! Habríamos disfrutado de una cantidad enorme de buena competición.
Actualización: iba a colgar el video, pero ya se me adelantó Gabriel. ¿Dónde está Alonso? ¿Es aquél puntito? Menudo flojo que es Massa, amos anda...
Lo que ocurre es que la F1 ya me cansa. Lejos de ver esos duelos justos en pantalla, nos levantamos un día si y otro también con noticias de favoritismos, roces, intrigas y demás temas que son característicos de los mafiosos de la Federación Internacional. Además, también tenemos que sufrir a la, valga la redundancia, insufrible legión de seguidores extremadamente extremistas (es decir, que no argumentan sino que descalifican) de uno u otro piloto, y solemos perder el norte de las conversaciones.
La FIA solía ser más tolerante con los campeones del mundo, pues se supone que en un momento de la historia determinado, son mejores que cualquier otro piloto, pero lo que ya es de juzgado de guardia es lo que ocurre con Ferrari. ¡Que yo no quiero estar hablando constantemente de Ferrari, sino que quiero hablar de F1! Para los que son anti alonsistas, es una buena noticia que ahora Ferrari haya sido capaz de recomprar el favor de la FIA, igual que era buena noticia el año pasado que McLaren fuese un cohete y pudiese ganar diez pruebas.
Para mi no, estoy harto de no hacer más que leer crónica rosa y prensa amarilla, y ya estoy negro de tomar partido o no en esas conversaciones. A partir de ahora, si no hay más deporte y menos cotilleo, me quedaré en las motos, empezaré con la NASCAR, para saber algo de JPM, y me propondré por fin seguir a Oriol Serviá en la Champ Car. Pero la Fórmula Uno, a este paso, va a quedar para los hooligans y los mafiosos de segunda, como la FIA.
Que quede claro, vuelvo a repetir, que yo quiero ver deporte, y por este camino lo que va a ocurrir es que me voy a enganchar a los campeonatos americanos y a los asiáticos, pero de Europa, más arriba de Fórmula 3, voy a pasar.