El Rally de Cerdeña celebrado el pasado fin de semana nos ha dejado una sensación similar a la de todas las pruebas que llevamos ya completadas del Mundial de Rallyes 2013: Volkswagen está un paso por delante. Y lo está no sólo porque el Polo R WRC sea un coche bien parido, sino también porque sus pilotos están muy por delante del resto.
Con Loeb ausente, Ogier hace y deshace a su antojo, y en las pocas ocasiones en que falla, como en el Acrópolis, a los de Jost Capito siempre les queda Jari-Mati Latvala como último recurso de excepción. La remontada del finlandés tras su pinchazo inicial supuso una humillación en toda regla a sus rivales. Bien es cierto que Andreas Mikkelsen aún no está al nivel de los dos pilotos "ultraoficiales" de Volkswagen Motorsport, pero personalmente sí que veo progreso en el noruego. Por supuesto, insuficiente para alguien que llega con la vitola de campeón del IRC, pero no tan mal como otros lo quieren ver. Eso sí, debe dejarse de errores tontos y empezar a sumar desde ya.
En ningún momento parecieron poder luchar frente a Ogier, Hirvonen terminó en la cuneta y el cántabro vio cómo uno a uno le iban superando rivales: Neuville, Latvala, y menos mal que Mikkelsen se la pegó. Que Sébastien Loeb siga por delante de ambos en el Mundial de Pilotos lo dice absolutamente todo: no tienen ni la velocidad de un primer espada necesario en el equipo que ha dominado la especialidad los últimos años, ni la regularidad que se les presupone como más que decentes segundos pilotos. De traca.
¿Que no está luchando por victorias? Desde luego. Pero comparando con su temporada 2012, este Neuville y aquel son como la noche y el día. Un Thierry Neuville digno de que Yves Matton se baje los pantalones y le ofrezca el oro y el moro para que vuelva a Citroën. Mención especial para un Elfyn Evans más que decente en su debut en el Mundial al volante del Fiesta WRC: tranquilo toda la prueba y permitiéndose el lujo de superar a Kosciuszko en el último tramo, hizo lo que tenía que hacer, pues lo fácil hubiese sido acabar fuera de la carretera.