Una cosa está cada vez más clara: 2009 será una temporada realmente espectacular a más no poder, o un desastre absoluto. Para el próximo año se están metiendo en el reglamento tal cantidad de novedades, que por el bien del espectáculo esperemos que den como resultado un delicioso cóctel de emociones fuertes y carreras de esas "en las que pasan cosas".
Se suma al pack de novedades técnicas el anuncio hecho público el otro día por parte de Bridgestone de que para el próximo año, la diferencia entre los dos compuestos de gomas (los "blandos" y los "duros") suministrados a los equipos en cada uno de los Grandes Premios, será mucho mayor que en la presente temporada.
Así pues, si no había suficiente con el cambio a slicks, que me encanta, todo sea dicho, se introducirá en la ecuación una nueva variable de rendimiento del monoplaza, que hará mucho más importante todavía la estrategia en la elección de neumáticos. En cualquier caso, el espectáculo siempre se verá mejorado a medida que se introduzcan más posibles factores "sorpresa", de eso estoy seguro.
Una de las opciones que ha propuesto ya Hirohide Hamashima, director de desarrollo de Bridgestone, es suministrar como neumático opción un compuesto con dos niveles de diferencia respecto al principal. Con ejemplos se entiende mucho mejor: en Alemania, en lugar de llevar duros y medios, se llevaría duros y blandos, o en Mónaco, por irnos al otro extremo, en lugar de blandos y super-blandos, se llevaría super-blandos y medios.
En cualquier caso, no suena mal del todo, porque actualmente hay circuitos donde la diferencia entre compuestos es ridícula y casi inapreciable en los resultados de la carrera. Eso sí, con los slicks desaparece la bonita línea blanca que permite que los espectadores podamos seguir en todo momento la estrategia de neumáticos en carrera. ¿Volveremos al poco útil punto blanco en el perfil del neumático? No, por favor.
Vía | Autosport