Siempre he pensado que lo de jugar a las apuestas es como hacerlo en la bolsa. Es muy arriesgado y normalmente sólo nos enteramos de los casos en los que el final es feliz y alguien se hace millonario con una apuesta arriesgada. De los que se dejan su dinero y fallan la apuesta, que son los más, nadie dice nada.
Pero casos como el de un aficionado británico de la localidad de Peterborough merecen ser destacados aunque sólo sea por su fe en un joven de 13 años, un tal Lewis Hamilton, al que vio al volante de un kart y no dudó un instante en asegurar y apostar a que sería Campeón del Mundo de Fórmula Uno antes de los 25 años y que ganaría su primera carrera antes de los 23.
Ladbrokes aceptó la osada apuesta de aquel aficionado y el año pasado, cuando Lewis Hamilton conquistó su primera victoria en el GP de Canada, ya tuvo que abonarle casi 50.000 euros.
La segunda apuesta sólo era cuestión de tiempo y este pasado domingo el piloto británico materializó la predicción del aficionado diez años antes. El piloto de McLaren se convirtió en el Campeón más joven de la historia con 23 años y nueve meses y el avispado apostante se ha embolsado 205.502,87 euros, casi 33 millones de las antiguas pesetas gracias a Hamilton.
Vía | Marca
