El Toyota GR Supra es un coche que ha dado tema de conversación desde el primer día de su presentación. Es el precio de llamarse Supra, nadie se queda indiferente y mientras unos están encantados con su regreso, otros no aplaudieron tanto su nueva concepción.
Son cosas que suelen ocurrir cuando se busca recuperar un mito, empleando una fórmula distinta. Si bien es cierto que de otra forma no habría sido posible el regreso del Toyota Supra, los fanáticos de los coches, a veces, somos un poco intransigentes.
No obstante, es curioso ver cómo todo el mundo se para y comenta a su paso. Se debe a que el nuevo coche es un Toyota Supra y eso tiene gran peso entre los aficionados. Además, el diseño es innegablemente japonés, lo que también aporta mucho valor.
La última novedad respecto al Toyota GR Supra es la llegada a España de la versión “pequeña”, la variante con el motor de cuatro cilindros turbo de 258 CV. El Toyota GR Supra 2.0, como se le conoce, ya estaba disponible en otros mercados, aunque al nuestro haya llegado un año más tarde.
Obviamente, el SARS-CoV2 tiene mucho que ver con esta demora (y con otras tantas cosas más). De cualquier modo, nosotros ya hemos tenido la oportunidad de ponernos a sus mandos a lo largo de tres días y descubrir todo lo que nos puede ofrecer. Y es que, a veces, nos sentimos unos privilegiados…
Sin cambios a simple vista
Mucho se ha hablado del GR Supra 2.0 respecto a la posibilidad de montar un cambio manual, o eso al menos se comentaba en los mentideros especializados. Sin embargo, al final, la única transmisión disponible es la misma que usa el Toyota GR Supra 3.0, una caja automática por convertidor de par y ocho relaciones.
Como apasionados del motor, un cambio tradicional con tres pedales, aunque fuera en opción, habría sido genial. Pero el caso es que el automático no es precisamente un problema. Bueno, sí, para los puntos del carné de conducir.
No nos adelantemos, vayamos poco a poco, por pasos. Hay cosas que merecen ser comentadas en su justa medida, como el diseño. Y no es que existan cambios notables entre el 2.0 y el 3.0, más bien debemos hablar de la ausencia de diferencias.
El Toyota GR Supra 2.0 y el Toyota GR Supra 3.0 son exactamente iguales en cuanto a diseño, la diferencia más notable son las llantas. Es algo que a los propietarios del “gordo” posiblemente no les agrade en exceso. Por supuesto, sobre gustos no hay nada escritos y es totalmente imposible tener a todo el mundo contento.
Posiblemente, el Toyota GR Supra 2.0 es más deportivo que el 3.0
Sin embargo, aunque visualmente no hay cambios, sí los hay en otros apartados. Por ejemplo, el seis cilindros pesa más que el cuatro en línea y eso, como cabe esperar, se nota en la tara final del conjunto. El nuevo Toyota GR Supra 2.0 pesa, en vacío, 1.470 kilos, mientras que el Toyota GR Supra 3.0 suma 100 kilos a esa cifra. También se pierde el diferencial electrónico y la suspensión adaptativa, elementos que influyen cuando “se buscan tiempos”.
En el resto de apartados, como sucede con el diseño exterior, no hay cambios. El habitáculo es igual, exceptuando la tapicería de los asientos. Y mientras no se pise a fondo, nadie percibirá diferencias entre uno y otro. El motor más pequeño y la ausencia de electrónica en suspensión y diferencial se notan cuando se empieza a subir el ritmo.
Menos potencia, pero no por ello es lento
No sería la primera vez, ni tampoco será la última, que se considera a un coche peor que otro por el simple hecho de tener un motor menos potente. Craso error juzgar un coche por su potencia, pero así son las cosas y así le ocurre al Toyota GR Supra 2.0. Por ello, fuimos a las mismas carreteras que recorrimos cuando pudimos conducir el GR Supra “plus”, para poder compararlo debidamente.
Sí, evidentemente, el Toyota GR Supra 2.0 es más contenido que el 3.0, no en balde este último hace gala de 340 CV frente a los 258 CV del 2.0, siendo el par de 500 Nm frente a 400 Nm. Sin embargo, resulta más fácil aprovechar esa potencia de 258 CV en carretera y se acaba yendo muy muy rápido. Pocos echarán de menos más motor y siempre es más divertido exprimir al 100 % un coche menos potente que solo aprovechar un 30 % de uno extremo.
El motor va colocado muy atrás, logrando un buen reparto de pesos entre ambos ejes, algo que, combinado con su menor tara en báscula, se nota en los cambios de dirección. No obstante, en general se conduce igual que el 3.0.
Eso sí, con el nuevo Supra te atreves a exprimir el motor todo el rato, a lo que ayuda el cambio automático con mandos en el volante. Subir de marchas es apenas perceptible, pero se le coge algo de vicio a frenar lo más tarde posible y bajar marchas como si estuvieras en un coche de carreras.
Nos ha parecido más exigente en conducción deportiva, algo provocado por la ausencia de suspensión pilotada
Por otro lado, ir rápido con el Toyota GR Supra 2.0 no es demasiado sencillo, un detalle provocado, básicamente, por la ausencia de suspensión adaptativa. Esta trabaja tan bien que coloca el límite muy alto y la estabilidad no se ve perturbada por nada. En el Toyota GR Supra 2.0 esto sí ocurre, o al menos a nosotros sí nos ocurrió.
Cuando se afronta un tramo de carretera bacheado a elevada velocidad, el coche se mueve de atrás con una sensación de rebote. Lo mismo ocurre en curvas rápidas con fuerte apoyo lateral; pero, en esta ocasión, la impresión es de péndulo. En ningún momento se llega a perder el control, pero sí tiendes a bajar el ritmo para familiarizarte con la conducción.
En este sentido, nos pareció un coche más exigente que el 3.0 en conducción deportiva. Quizá fuera resultado de la facilidad para rodar al corte con el cuatro cilindros, que nos permitió ir más “a saco”, sin miedo a que el motor nos sobrepasara y, por tanto, yendo algo más acelerados en algunos sitios. De cualquier modo, con el nuevo Toyota Supra solo es cuestión de acostumbrarse para dominar la conducción y recrearse en ella.
Además, cuando te bajas del vehículo, la sensación es de haber domado una bestia y tener ganas de más. Si tuviera un cambio manual habría sido todavía mejor, aunque esto, como en otras ocasiones, son gustos personales.
Más accesible que el Toyota GR Supra 3.0
Al igual que su “hermano mayor”, es un coche muy usable. Nos atreveríamos a decir que es incluso algo más deportivo y menos Gran Turismo. Por descontado, consume menos y es más barato.
En el primer caso, en consumos, si solo se usa para correr y rodar en carretera de montaña, es imposible bajar de los 14 o 15 litros. Es cierto que es un dos litros, pero son casi 260 CV y exprimirlos requiere de gasolina, como en cualquier otro coche.
En cambio, si lo usas para todo, incluyendo tramos a ritmos no confesables, es fácil rondar los 11 o 12 litros. Por autopista, a no más de 120 km/h, el ordenador marca entre 7 y 8 litros. A partir de ahí, no baja de los 9 litros.
Respecto al precio, según el portal oficial de la marca, a partir de 50.900 euros puedes conseguir tu Toyota GR Supra 2.0 (descuentos y promociones incluidas), esto es, 16.000 euros justos lo separan del Toyota GR Supra 3.0.
En definitiva, hemos tenido la oportunidad de conducir la nueva entrega de un icono que pone a flor de piel la sensación de estar a los mandos de un vehículo exclusivo, nacido para hacerte disfrutar de la conducción más deportiva.