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Enfrentamos al Toyota Proace City Verso a la prueba más familiar

Enfrentamos al Toyota Proace City Verso a la prueba más familiar
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La familia crece, aparte de un manga popular entre millennials, es una realidad a la que se enfrentan los primeros miembros de esa generación. Este giro existencial suele estar relacionado con la siguiente cuestión: ¿qué coche me compro?

La opción fácil es la de recurrir a la aplastante tendencia SUV. No es para menos. El segmento goza de un éxito y unas prestaciones inconmensurables, como las que muestran el Toyota C-HR Electric Hybrid o las últimas versiones del Toyota RAV4.

Pero, ¿es posible salirse de esta órbita para explorar otros planetas? En muchas ocasiones, lo que necesitan las familias de cuatro miembros para arriba es un modelo "de batalla", es decir, versátil.

Más que una sobrecarga tecnológica, valoran la practicidad de instalar en menos de 5 minutos las sillitas infantiles y la disposición del infinito equipaje familiar.

Por eso, a la hora de probar el Toyota Proace City Verso, nos hemos puesto el traje más paternal para tratar de emular qué papel jugaría el vehículo en la vida de una familia. Este es el resultado.

Grandes dimensiones compatibles con su apellido City

Toyota Proace City Verso 2

Lo que más destaca con respecto a nuestra anterior prueba del Toyota Proace City Verso es que hemos testado el acabado superior en cuanto a medidas, plazas y volumen.

No en vano, escala hasta situarse en una clasificación L2, de la versión Family Active. Esto quiere decir que crece en longitud más de 300 milímetros con respecto a su hermano menor para alcanzar los 4753 mm y 2975 mm de distancia entre ejes.

Su masa también se incrementa hasta los 1540 kilogramos. Estas especificaciones tienen ciertas consecuencias, que veremos a continuación, en la respuesta, en el consumo o en la posibilidad de llegar hasta las siete plazas hábiles dentro del vehículo. De estas, hasta en cuatro podrían anclarse sistemas de retención infantil.

Toyota Proace City Verso 19

Esto nos hace sentir más cerca de un vehículo de gran espacio como el Toyota Proace Verso, sin apelativo City. Así no los parece en los primeros compases de la prueba. En la que, todavía sin familia, nos internamos en ambientes urbanos de semáforos, rotondas y por polígonos grises de tránsito muy engorroso.

Los camiones que tenemos que sortear en varias ocasiones dicen bastante de su motorización, que no se achanta para dar una respuesta eficaz y rápida, incluso a bajas revoluciones. Se nota que estamos ante un vehículo que también cuenta con una vocación comercial y profesional en su esencia.

Este es un adelanto del comportamiento del motor diésel que se emplaza en el interior del Toyota Proace City Verso y cuyo rendimiento se ha exprimido al máximo. El resultado nos sorprende al sortear los parones y arrancadas del tránsito irregular, pero también en cuestión de cifras de consumo.

Discreción por la eficacia y seguridad

Toyota Proace City Verso 22

Una vez nos internamos en autovía, diseccionamos con mejor ángulo las posibilidades del propulsor 1.5 de 130 CV de esta versión, y caja de cambios de 6 velocidades (Toyota también lo ofrece con motor 1.2 y transmisión automática 8v).

Puede que estemos malacostumbrados al empuje híbrido eléctrico o puede que no, pero lo cierto es que, al superar los 100 km/h, notamos cerca el lógico techo que posee un modelo con este tallaje.

En este contexto de vía rápida, más que exprimir sus poco afiladas garras, optamos por comprobar qué nos ofrece en materia de confort. Confirma lo que ya hemos adelantado, más que un todocamino recargado, este Toyota Proace City Verso ostenta la comodidad de lo práctico.

Confort sin ambages

Toyota Proace City Verso Interior

Es ahora cuando bajamos el reposabrazos, también presente para el copiloto y disfrutamos de la comodidad de sus asientos, que pueden regularse en una gran variedad de posiciones; los numerosos espacios de almacenamientos, que destacan por su facilidad de acceso en marcha (muy por encima de la de otros modelos); o la regulación física del climatizador.

Ahora bien, el Toyota Proace City Verso no es un modelo anclado en el pasado, cuenta con su debido panel de instrumentos híbrido entre lo analógico y digital; una pantalla táctil digital encumbrada en la consola central, sensores y cámara para estacionar o las últimas novedades en sistemas ADAS.

Toyota Proace City Verso interior

Precisamente, en el paso de autovía a carretera convencional que acometemos notamos la eficacia de los sistemas de asistencia. Activados, nos corrigen con suma amabilidad nuestra trayectoria en el carril o nos avisan cuando la distancia con otros coches se estrecha en exceso.

Ya en vía interurbana, su comportamiento nos agrada algo más que en autovía. Deja de ser tan funcional y nos permite testar la serena compensación lograda entre estabilidad y empuje.

Verso significa familia

Toyota Proace City Verso 21

Recordemos la premisa que nos planteamos al recoger el vehículo. Meternos en el papel de un conductor familiar.

Sí, lo conducido hasta ese momento nos demuestra que no se puede encasillar a este vehículo tan solo como un modelo para familias. Es ideal para ciclistas, surferos o amantes de los deportes de invierno. Sin embargo, nuestro objetivo primigenio era el de amenizarnos los kilómetros al compás del Baby Shark.

Dicho y hecho. Nos arriesgamos a internarnos en territorio hostil, es decir, en áreas en las que se concentran varios centros escolares y en plena hora punta. Este panorama bélico al que no estamos tan acostumbrados nos hace añorar eso de circular por "polígonos grises de tránsito muy engorroso".

Toyota Proace City Verso 6

Con esta antítesis del placer de conducir, ponemos a prueba la versatilidad del Toyota Proace City Verso. No nos defrauda. Tanto es así, que nos envalentamos a estacionar en un par de ocasiones en mitad de esta jungla de asfalto y niños, aprovechando el escaso espacio que dejan SUV y monovolúmenes familiares.

No podemos dejar de percibir que, más que por nuestra pericia, el asistente de aparcamiento nos lo pone más fácil que si estuviéramos operando con un modelo del segmento C. Al menos, así lo parece, pues no sudamos tanto para aparcar o movernos en espacios reducidos como lo hacen los otros padres y madres.

Montando sillitas infantiles: Tetris nivel fácil

Toyota Proace City Verso 14

Para culminar el papel paternal, no queda otra vía que probar de primera mano a instalar varias sillitas infantiles (SRI), tarea en la que nos consideramos prudentemente diestros.

Lo cierto es que la tarea resulta un auténtico placer. No exageramos al afirmar que el Toyota Proace City Verso lo pone muy fácil, por varios motivos:

  • La amplitud de acceso al habitáculo nos otorga gran libertad de movimientos a la hora de colocar el SRI.
  • Los diversos reglajes de los asientos también colaboran a eso mismo.
  • El acceso a los anclajes ISOFIX se encuentra protegido tras una apertura de cremallera. Una solución que nos parece tan elegante como sencilla.
  • La segunda fila de asientos tiene espacio suficiente y de sobra para colocar tres sillitas, sin importar sus dimensiones (una prestación muy valorada por familias numerosas).
  • También constatamos que pueden instalarse dos y que exista espacio suficiente para que viaje un pasajero a su lado.
  • Las puertas laterales, al ser deslizables, permiten un acceso que pocos SUVs pueden ofrecer.
Toyota Proace City Verso Isofix

De hecho, las puertas deslizables demuestran también su valía familiar a la hora de subir y bajar del vehículo con niños en situaciones más complicadas, como la de la hora de colegio.

La facilidad para jugar con la colocación de los SRI nos resulta un punto óptimo, no solo por la propia comodidad sino también en términos de seguridad. Y es que las estadísticas indican que no debemos permitir fallos a la hora de instalarlos.

Montando niños: Dungeons and Dragons

Toyota Proace City Verso Familia

Instalados dos SRI, probamos a poblar las siete plazas del vehículo para evaluar la experiencia del resto de pasajeros. Esta se torna bastante agradable.

Intentamos encontrar los límites de este sentimiento a base de badenes y firmes irregulares. No contamos con la suavidad de paso de un todoterreno, pero el resultado no desmerece. Podemos afrontar a una velocidad constante los obstáculos, sin reducirla en exceso y, aun así, el habitáculo y sus ocupantes apenas perciben los impactos.

El trayecto concluye sin más novedad que la de haber llegado a nuestro destino. Lo comentado: versátil y práctico para viajar con pequeños o mayores gracias al espacio de sus siete plazas.

De escapada otoñal

Toyota Proace City Verso 17

Para culminar nuestra prueba, optamos por acumular kilómetros de escapada otoñal (los niños se quedan en casa en esta ocasión).

Si no vamos a abandonar durante largas o abruptas distancias el asfalto, el Toyota Proace City Verso tiene poco que envidiar a las excursiones genuinas de un SUV. Ahora bien, lo que nos proponemos es analizar más en profundidad su consumo alejándonos de las calles de la ciudad.

Sabíamos que su homologación WLTP muestra 5,4 l/100 km. En vía urbana habíamos rondado esa cifra (arropados por una tecnología Stop/Start despierta y ágil), pero la escapada nos hace reducir el consumo hasta los 5,2 l/100 km de media. Y eso que pretendíamos lograr lo contrario.

Toyota Proace City Verso 16

En un intento de ajustarnos a un escenario realista y justo, pensamos y llevamos a cabo una escapada "familiar" de más de 300 kilómetros repartidos en un 40 % por autovía y un 60 % por carretera convencional.

Olvidamos todo gesto benevolente y de eficiencia. Nos incorporamos a las vías rápidas para alcanzar en la medida de lo posible y cuanto antes el máximo legal de cada tramo. Tras esto, nos alejamos de la civilización para internamos en tierras castellanas y quebradas que no favorecen el ahorro.

Con todo, no conseguimos elevar el consumo por encima de la cifra homologada. Conviene aclarar que tampoco buscamos exprimir su escasa musculatura, pero sí someterla a condiciones algo más exigentes que de lo normal. A pesar de ello, los datos de consumo apenas se movieron unas décimas.

Conclusión, no todo el campo del vehículo familiar es SUV

Toyota Proace City Verso 15

Asimilados los kilómetros, nos despojamos de nuestro perfil de conductor familiar para mirar con distancia los resultados de la prueba. El Toyota Proace City Verso no es un todocamino, ni lo pretende ser ni debería serlo.

Esto no quiere decir que no nos haya parecido, entre sus múltiples usos, una opción ideal como vehículo familiar. Cierto es que su diseño carece del glamour (algunas veces impostado) de un SUV premium, pero su carácter funcional lo compensa con creces en cualquier núcleo familiar.

De hecho, supera a muchos SUV en términos de precio de acceso, consumo, sencillez en la conducción, espacio, seguridad o instalación y uso de sillitas infantiles. Son prestaciones valiosas que muchas familias buscan en sus visitas a los concesionarios y que, por desgracia, no siempre encuentran en su justa proporción.

Toyota Proace City Verso 20

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