Con la caída del decreto ómnibus también lo han hecho todas las ayudas a la compra a los coches eléctricos, como el plan MOVES III o la deducción del IRPF en la renta. Y España no es precisamente un ejemplo en cero emisiones, estando por debajo de media europea en lo que toca a ventas y penetración del vehículo eléctrico: su cuota de mercado apenas supera el 5 %.
Ante esta tesitura, las marcas y la industria del automóvil piden que se vuelvan a implementar las ayudas, y que sean realmente eficaces. Y en general el compromiso del Gobierno y las administraciones para impulsar al coche eléctrico. Wayne Griffiths, CEO de SEAT y CUPRA, lo tiene claro: considera que se necesitan "ayudas eficientes, infraestructura de carga y políticas de comunicación".
El MOVES no funcionó: que haya caído puede ser una oportunidad para implantar ayudas eficaces
La desaparición de los incentivos del coche eléctrico ha tambaleado al sector del coche en España. Desde la patronal de fabricantes (Anfac) señalaron que era "el peor escenario que podía acontecer". En opinión de la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica (AEDIVE) puede suponer una "debacle industrial y económica".
Las marcas también han empezado a mover ficha: ayer, con Griffiths como maestro de ceremonias, se celebró un evento para impulsar el vehículo eléctrico en España. Reunió en la sede de SEAT a miembros de la industria, del gobierno y autonomías. En este acto se ha rubricado una declaración con el compromiso de implementar "medidas ágiles y efectivas".
IVA reducido y deducción del IRPF para los coches eléctricos. La mirada del CEO de SEAT va más allá de que ahora hayan caído las ayudas. "A pesar de las inversiones realizadas, el mercado del coche eléctrico no arranca". El MOVES III iba camino de su cuarto año en activo y aunque las ventas de eléctricos puros han ido mejorando año a año, la cuota española (5,64 % en 2024 con 57.374 modelos matriculados) sigue siendo más baja a la de países como Portugal, Francia o Alemania.
En España, las ayudas a la compra no han sido eficaces. Algo que lleva demandando el sector desde hace tiempo y que ha reconocido el propio Gobierno. Había compromiso de definirlas, y que se hayan eliminado de forma momentánea se puede aprovechar para redefinir unas realmente efectivas.
Es justo uno de los pilares que, en opinión de Griffiths, debe apoyarse el impulso a los coches eléctricos. Y por tanto se incluye en esta declaración conjunta. Aunque de momento no se ha definido cómo serán los nuevos incentivos. El de SEAT propone dos fórmulas: la reducción del IVA en los coches eléctricos y que se incluya de nuevo la deducción del IRPF de la compra en la renta.
El IVA reducido es lo que ha permitido que en Noruega ya se vendan más coches eléctricos que de gasolina. Incluso después de limitar esta medida, casi el 90 % de los coches que se vendieron allí en 2024 fueron eléctricos puros. Nada que ver con los incentivos del MOVES III, que eran retroactivos (se podía tardar más de un año en recibir la ayuda), y además no es completa ya que parte se tiene que declarar a Hacienda. Algunas marcas lo intentaron solucionar adelantando estos incentivos.
En lo que respecta a la deducción del IRPF, medida activa desde verano de 2023, permitía la deducción del 15% en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas. Dado que la base máxima era de 20.000 euros, la deducción más elevada posible era de 3.000 euros. Griffiths no ha señalado una nueva fórmula, pero sí lo hizo por ejemplo AEDIVE, que reclama sea del 21 %.
Griffiths señala que los incentivos a la compra son vitales para rentabilizar la la inversión de las marcas. La industria automovilística está "haciendo los deberes", pero no así el Ejecutivo, argumenta.
En España se han invertido 1.700 millones de euros para conseguir una cuota menor al 6 %. Mientras, por ejemplo en Portugal, la cuota de los cero emisiones es del 14 %, pese a una inversión menor (1.000 millones de euros). En nuestro país vecino los incentivos aplicados han sido la eliminación del impuesto de matriculación a los eléctricos (aquí también los eléctricos están exentos), pero sobre todo que el IVA se pueda desgravar en la renta.
Más puntos de carga, pero los coches eléctricos siguen siendo caros. Griffiths ha señalado otros dos pilares fundamentales: mejorar la infraestructura de carga y políticas de comunicación efectivas sobre las ventajas de los eléctricos al público.
Para los compradores españoles, las principales trabas con las que se topa el el coche eléctrico son la falta de puntos de carga (o más bien los de alta potencia y en ruta), pero sobre todo el precio. En este aspecto los fabricantes también deberían aportar su granito de arena, más allá de ayudas eficaces, ya que en su mayoría los eléctricos rondan los 40.000 euros y muy pocos bajan de los 30.000 euros.
En opinión de Griffiths "la colaboración público-privada es imprescindible para la transformación de la industria del automóvil" y en su opinión que se haya firmado esta declaración conjunta es "un paso clave". Pero deberán materializarse en medidas para realmente impulsar su compra.
