Uno de los mercados más volátiles es el de los automóviles, tan propenso a seguir modas que cuando una tendencia triunfa suele apostar por ello con rotundidad, hasta tal punto que la hace subir como la espuma. Un buen ejemplo es el segmento de los SUV, el cual está viviendo una auténtica revolución durante la última década.
También denominados crossover o todocaminos, la eclosión de estos vehículos versátiles, con apariencia entre un turismo y un todoterreno, ha sido tan grande que ha obligado a redefinir gran parte de los segmentos de automóviles conocidos hasta el momento.
La demanda de estos vehículos es tan grande que, según datos de la consultora especializada Jato Dynamics, se incrementó el pasado año en un 23 por ciento en Europa, hasta llegar a contabilizar nada menos que 3,8 millones de unidades comercializadas. Un aumento que superó en un 6,5 % el crecimiento del mercado en su conjunto.
SUV, un segmento en auge
En España tales datos son aún más reveladores, tanto que las ventas de todocaminos pequeños y medios han experimentado un crecimiento del 30 % el pasado año con respecto a los datos de 2015. Hay que tener en cuenta que el sector comienza su recuperación gracias a políticas que impulsan la economía como el Plan PIVE.
Los datos del pasado mes de octubre no hacen sino confirmar la buena salud por las que atraviesan los SUV. Estos han vivido un aumento del 33,5 % en sus matriculaciones con respecto a ese mismo mes de 2016, según datos facilitados por Aniacam (Asociación Nacional de Importadores, Camiones, Autobuses y Motocicletas).
En la actualidad, uno de cada cuatro coches que se compra pertenece al segmento de los SUV
Además, dichos números reflejan que, en la actualidad, uno de cada cuatro coches nuevos que se compran en España son SUV, equiparando estos vehículos con los segmentos de automóviles que por tradición ha sido el preferido por el mercado español como es el de los compactos.
Pero ¿por qué su éxito? Es lo que cabría preguntarse. Para responder a tal cuestión habría que remontarse a principios de la década pasada donde algunos fabricantes apostaron por los todocaminos en un momento en el que los clientes demandaban un vehículo versátil, de aspecto atractivo, con ciertas cualidades para abandonar el asfalto, sin perder el confort de un monovolumen y con capacidad para desenvolverse en asfalto como un compacto. Su precio moderado, equipamiento tecnológico y motores eficientes hicieron el resto para convertirse en lo que son hoy un coche de masas.
RAV4, el primer gran todocamino
Su historia hasta nuestros días ha pasado por diferentes etapas: primero aparecieron en pleno boom económico español, más asociados a vehículos grandes que mostraban su posición social. Aunque antes de producirse el verdadero ‘boom’ del segmento todocamino el auténtico precursor de estos vehículos SUV fue el Toyota RAV4.
La llegada del modelo de Toyota en 1994 supuso un cambio importante dentro del segmento. Se trataba del primer vehículo activo recreativo con tracción a las cuatro ruedas, como rezan sus siglas (Recreational Active Vehicle with 4 Wheel Drive). Por aquel entonces era un coche de tres puertas muy compacto (3,69 metros), más corto que un utilitario habitual y que iba montado transversalmente en una carrocería monocasco, aparte de contar con suspensión independiente.
El éxito del RAV4 se debió a que era lo suficientemente pequeño como para moverse por ciudad y que su entrada y salida del mismo era cómoda a pesar de su altura. Aquel año Toyota vendería 54.000 unidades del RAV4. Una cifra que se multiplicaría por dos en 1995 y seguiría creciendo hasta situar en 2013 en diez veces el volumen de ventas de 1994.
Hoy en día este modelo que actualmente continúa comercializando Toyota ha crecido en tamaño y tecnología hasta convertirse en uno de los SUV más avanzados del mercado. De hecho, cuenta con una versión híbrida capaz de remolcar hasta 1.650 kilos de peso.
Dejando a un lado este precursor y volviendo otra vez a nuestra historia sobre el segmento SUV, la segunda etapa se produce en pleno parón económico, cuando la crisis hacía acto de presencia y los ecologistas clamaban que aquellos SUV de voluminoso tamaño aparecidos hace una década eran muy contaminantes. Los fabricantes se decantaron por vehículos más pequeños.
Aquellos eran vehículos que conservaban su imagen 4x4 aunque claramente suavizada, que pasaron a ser muchos más prácticos y menos costosos. Además, su tamaño contenido y motores pequeños permitían reducir la cifra de consumo. De los todoterrenos conservan la posición alta al volante, que les permiten controlar el tráfico más de manera más sencilla y ofrecen al conductor una sensación de seguridad. Además a su originaria tracción total, que resultaba ideal si las condiciones del asfalto eran malas, se ofrecen versiones 4x2, para quien no requiera de este elemento.
Ahora los fabricantes han ido mucho más lejos y apuntan a la ciudad con modelos mucho más urbanitas, sin renunciar a esa estética offroad que tanto gusta. También existe otro denominador común como es la posibilidad de elegir versiones con tracción total o delantera. No hay que olvidar que hay clientes que no se plantean pisar el campo y con este tipo de variantes se ahorran el coste extra de un 4x4.
Las claves del éxito del CH-R
Un buen ejemplo de esta oferta se encuentra en el Toyota CH-R, uno de los SUV más vendidos en el mercado español, que destaca por su y original e impactante estética, su contenido tamaño y su eficiente tecnología híbrida.
Tan espectacular como su carrocería es su interior, que preside una pantalla táctil desde el que se aglutina todo el manejo del coche.
En resumen, todo un abanderado del segmento que gracias a la hibridación del motor es capaz de bajar el consumo por debajo de los 4 l/100 km.
