Con el paso del tiempo hay cosas que se acaban por dar por sentado. Como por ejemplo, la fiabilidad de los coches japoneses. Las marcas con origen en la tierra del Sol Naciente se han labrado una imagen fuerte, de fiabilidad y de fabricar coches robustos y duraderos. Es cierto que no siempre se cumple, nadie es perfecto y los fallos pueden ocurrir, pero muchos estudios avalan a las marcas japonesas y en especial a Toyota, que suele estar entre los primeros puestos de todos los ranking de fiabilidad.
En 2018, por ejemplo, Toyota ocupó la cuarta plaza general en el ranking de la OCU, pero además, cuatro de las cinco categorías estaban lideradas por modelos de Toyota: el Yaris hybrid era el más valorado entre los utilitarios, empatado con el Aygo. La categoría de los compactos era comandada por el Auris hybrid, mientras que el Prius dominaba entre los sedanes y el Toyota RAV4 entre los SUV. También en 2018, el estudio ‘Best Cars’ colocaba a Toyota como la marca más fiable para los conductores españoles.
Los estudios de fiabilidad que han surgido en 2019 no son muy diferentes. La OCU pone a Toyota nuevamente en cuarto lugar (Lexus lidera la general, con tecnología Toyota), JD Power y Consumer Reports le otorgan la novena posición y Robb Report coloca la marca en tercera plaza empatada con el segundo clasificado, Lexus. Además, para dar algún dato más, la revista ‘What Car’ posiciona a la marca en tercer lugar tras entrevistas a 18.284 usuarios, mientras el Yaris hybrid y el RAV4 lideran sus respectivas categorías.
Fiabilidad como carta de presentación
La fiabilidad es una tónica para Toyota. Ya en sus primeros modelos se trataba como una prioridad. Sólo así es posible ofrecer un producto que sea capaz de llegar a nuestros días y que además sea recordado, como el Toyota Corona. Se trata del primer utilitario de la marca, que se fue desarrollado para el mercado doméstico y que se puso en circulación en 1955. Dos años después, la marca llevó dos unidades a Estados Unidos y abandonó aquel mercado en 2002 tras once generaciones ininterrumpidas, dejando paso al Avensis. Aquel Toyota Corona fue creado para funcionar bajo cualquier condición y en muchas lugares de Sudamérica todavía se pueden encontrar unidades de alguna de las generaciones circulando. Fue uno de los primeros modelos de Toyota en importarse a otros países.
Otro de esos coches que han marcado un momento en la historia es el Toyota Corolla. El automóvil más vendido del mundo, que regresa a Europa en 2019 (ya se pueden ver unidades por la calle y pronto os contaremos que tal va), comenzó su andadura en 1966 y actualmente es uno de los estandartes de la marca. Ha sido capaz de adaptarse a la evolución del mercado y a las necesidades de los usuarios, sin perder esa imagen de automóvil robusto y fiable, que ha encandilado a muchos conductores de todo el mundo con diversas y muy diferentes versiones como el Sprinter Trueno o el Corolla Verso. Incluso se vendió bajo otras marcas como el Holden Nova o el Geo Prizm.
El Toyota 1000 (también conocido como ‘Publica’), aparecido en 1961, es otro ejemplo de vehículo diseñado para ser casi eterno. Con este coche, Toyota buscaba cumplir con los requisitos del ‘concepto nacional de automóvil’ del gobierno japonés. Fue el Toyota más pequeño de aquel entonces y cuando abandonó el mercado, ocupó su lugar el Toyota Starlet. Tuvo una gama de carrocerías bastante nutrida que incluso incluyó un pick up, un descapotable o un sedán. El Toyota 1000 también contó con una versión coupé que sobrevivió al resto de carrocerías por una década y que sirvió para generar otros modelos como el famoso Toyota Sport 800.
¿Podrán los actuales convertirse en coches para el recuerdo?
Cumplir 30 años convierte a cualquier vehículo en un clásico a efectos legales, pero no todos logran calar en la sociedad, en los aficionados o en la industria como para guardarse un hueco que los haga recordar. ¿Lograrán los actuales modelos ser recordados? El Toyota Land Cruiser es un modelo casi inmortal y tiene asegurado ese hueco en la historia. Dio sus primeros pasos en 1951 como prototipo y en 1954 comenzó la producción. Una producción que estuvo envuelta en una pequeña polémica debido a las reclamaciones de Willys en sus primeros años.
El Toyota MR2 sí que será un coche ‘de aficionados’. Un modelo que buscaba recuperar el espíritu del Sport 800 y cuyo desarrollo comenzó en 1976, pero que no comenzó a pisar las calles hasta 1984. Al igual que el Land Cruiser, no sólo destaca por su fiabilidad o los años que haya estado en producción (abandonó el mercado en 2007), sino también por contar con anécdotas y curiosidades ligadas a sus inicios, como la participación de la británica Lotus en su concepción o su condición de motor trasero central, el primer vehículo japonés en llevar el motor en esa posición.
Clásico y de colección es sin duda el Toyota Supra, algo que nadie negará y que el nuevo ‘A90’ reafirmará. ¿Será capaz el Celica de ocupar algún hueco entre los clásicos más recordados de Toyota? Para muchos, el Celica es uno de los mejores coches de la marca y el GT86 es todavía un modelo muy joven para hacer sombra a un coupé que ha sabido ganarse a varias generaciones de conductores. Aunque una cosa está clara, todos comparten las mismas características de fiabilidad y durabilidad que permitirán que sigan rodando décadas después de su fabricación.
Imágenes | Toyota