De manos del Lawrence Berkeley National Laboratory nos llega una nueva medida que podría convertirse en un adelanto no demasiado importante, pero terriblemente útil a efectos prácticos. Se tratan de ventanas con cristales que son capaces de aislar de la luz y el calor generados por el sol.
Uniendo vidrio clásico y capas de cristales de Indio-Óxido de Estaño (ITO) la ventana puede absorver hasta el 50% del calor y el 70% de la luz solar. En este último caso el cristal actuaría como los que se montan en algunas gafas, oscureciéndose pero sin limitar la visibilidad.
La gracia del sistema es que este cambio se haría a golpe de botón y la producción de dichas ventanas no representaría un gran coste económico. La suma de los componentes, además, actúa de una forma desconocida hasta la fecha, abriendo espacio entre los átomos y permitiendo que las cargas eléctricas que lo atraviesan fluyan mejor.
Hablamos de ventanas, pero esta curiosa unión de materiales supondría también un considerable adelanto en el desarrollo de nuevas baterías que puedan permitir un mejor transporte de iones a través de los electrodos. Con ello han demostrado que el cristal puede ofrecer nuevas propiedades introduciendo nanocristales, un adelanto que podría gozar de nuevos usos en el diseño de materiales.
Con una tecnología así aplicada a los vehículos no sólo las gafas de sol dejarían de ser un problema, también conseguiríamos mayor eficiencia al reducirse el calor interior del vehículo y reducirse el gasto asociado al uso del aire acondicionado. Ahora el reto sería conseguir integrar la tecnología en los vidrios de un coche, ya que los primeros prototipos están destinados a su uso en hogares y deberían ser preparados para que los accidentes no se lleven por delante más lesiones de las habituales.
Vía | Xataka
