La Volkswagen Transporter es una de las furgonetas más icónicas de la historia, con múltiples versiones, incluyendo variantes camper. Pero nuestra hoy protagonista es toda una rara avis, pues la firma Porsche y no Volkswagen.
Se trata de la Porsche B32, que tomó como base la T3 y nació con un cometido muy específico. No obstante, se produjeron un reducido número de unidades de esta variante que se distinguía de las convencionales por sus ingredientes mecánicos. El más llamativo, que montaba el propulsor del Porsche 911.
Dado que son muy escasas, es muy extraño encontrar una a la venta. Pero ahora mismo ésta busca dueño: la comercializa un centro de Porsche y además tuvo un insigne primer dueño. De ahí su elevado precio pese a necesitar ciertos retoques. Pero antes, un poco de historia.
Con 231 CV bombeados por el motor de un Porsche 911 Carrera
La Porsche T3 B32 nació en 1985 y fue concebida para que hiciera las veces de vehículo de apoyo para el equipo de la firma germana en el París-Dakar. Básicamente, siempre presentes las sinergias entre Volkswagen y Porsche, los Porsche 959 que compitieron aquel año precisaban de un vehículo que transportara a los mecánicos y piezas en cada etapa.
Para ello pensaron en recurrir a la Volkswagen Transporter. Pero el problema es que se quedaba algo corta para estos menesteres y las exigencias del rey de los rally raid. Y así es como surgió la B32.
La firma de Stuttgart cogió por banda la T3, que era la generación que firmaba en aquellos momentos la furgoneta germana, y la aderezó para que cumpliera en un terreno tan exigente. Pero más allá de aquellas unidades para el París-Dakar, Porsche produjo esta B32 en una tirada muy limitada.
Así era la Transporter de Porsche. Las B32 de producción, a vista rápida, parecían una Volkswagen Transporter convencional. Y es que por ejemplo el logo de Volkswagen seguía luciendo en su frontal.
No obstante, ya anunciaba su exclusividad por algunos detalles: las defensas más prominentes o las llantas estilo Fuchs, que precisamente eran santo y seña en los deportivos de Porsche, como los 911 de primera y segunda generación, entre otros.
Y la pista definitiva de que no estábamos ante una Kombi convencional era el emblema del volante: el de Porsche y no el de Volkswagen. Pero también otros detalles como mandos diferenciales en la consola o la tapicería en cuero. Sea como fuere, el hacer de la firma de Stuttgart se centró en la mecánica.
El corazón que daba vida a la Porsche B32 era un bóxer de seis cilindros refrigerado por aire de 3.2 litros. Este bloque era el del Porsche 911 Carrera 3.2 y, en el caso del que montaba esta furgoneta, rendía 231 CV.
Este propulsor se acompañó con una transmisión manual de cinco relaciones, también de Porsche, que llevaba toda su fuerza al eje trasero. Además de nuevas suspensiones, frenos más capaces y un sistema de escape con una salida más generosa.
Con estos ingredientes, la punta de la B32 se fijaba en 185 km/h y presumía de hacer el 0-100 en 9,6 segundos. No es que sean cifras de locura, pero superaban a las de las Transporter que se comercializaban en los años 80.
¿Cuántas Porsche T3 B32 se fabricaron? No está del todo claro. Se estima que unas siete unidades de producción vieron la luz, pero hubo también prototipos.
Las cifras totales, entre modelos de desarrollo y definitivos, oscilan entre las 15 y las 20 unidades. Unidad arriba o abajo, se resume en que hay poquísimas. Todas se ensamblaron en la planta de Porsche Welcherath.
Más de 360.000 euros por la B32 de Peter W. Schultz
Con esto en la mano, la Porsche T3 B32 tiene los ingredientes perfectos para ser objeto de deseo de coleccionistas. Y más si en la ecuación entra un ilustre propietario como es el caso de ésta.
Data de 1988 y la tiene a la venta el Porsche Classic Center Gelderland: un distribuidor oficial de Porsche en esta región de Países Bajos, donde se ofrecen tanto modelos nuevos como usados y clásicos.
Y es que, como reza en el anuncio, esta B32 fue concebida ex profeso para Peter W. Schutz, presidente y CEO de Porsche entre 1981 y 1987. Hablamos del señalado como salvador del Porsche 911 ni más ni menos. Y también apoyó y mucho a la división de competición, Porsche Motorsport, lo que se tradujo en victorias en Le Mans y el París-Dakar estando él al frente de la marca.
Además del modelo en sí, este concesionario utiliza como reclamo que su primer dueño fue Schutz y fija en un precio de nada menos que de 364.900 euros para hacerse con los servicios de esta B32.
Se incluye toda la documentación oficial, de Porsche claro, y se detalla que está en perfecto estado. Aunque no es del todo así, ya que a continuación sugieren que necesita un nuevo pintado y que los paneles interiores necesitarían tapizarse nuevamente.
En las fotografías no se la ve muy descuidada en general, más allá de la tapicería algo ajada, aunque por ejemplo el tubo de escape está bastante oxidado. El motor parece estar en buen estado.
Lo cierto es que no tiene pocos kilómetros pero su kilometraje tampoco es excesivo: su odómetro reza que lleva recorridos 130.770 km. Resumiendo, una buena oportunidad para hacerse con los servicios de la Transporter de Porsche, aunque hay que irse a Países Bajos a por ella...