Puede parecer recargada en exceso. Puede parecer que se abusan de los cromados. Puede parecer que una suspensión tan baja no casa con una furgoneta de este estilo. Y puede parecer que ese quitanieves sea de mal gusto. Pero no, por lo menos para mi gusto, todo está equilibrado en su justa medida.
Lo que vemos es una Chevrolet Suburban de 1951, el antecesor e inspiración de los diseñadores de Chevrolet para el Chevrolet HHR. La verdad, es que si tuviese la oportunidad de reconstruir con mis propias manos como lo hizo su dueño, Felipe Calvillo, en California, el resultado final no sería muy distinto a este.
Y en contra de lo que todos esperáis ver, no lleva bajo el capó un motor V8 de esos enormes. No. Lleva un motor I6 250, un canijo seis cilindros en línea 4.1. Pero aquí no prima la potencia, aquí prima el sonido, y eso es lo que ha conseguido su dueño con los nuevos escapes, que suene a gloria en cada toque de pedal. Lástima no disponer de algún vídeo de ella.
Vía | Classic Trucks