Hace dos años, Chevrolet organizó un concurso entre tres prototipos para que la gente pudiese votar cuál de ellos era su favorito, y convertirlo en un coche que llegase a los concesionarios. El Chevrolet Beat ganó la batalla, y dos años después ha dado lugar al Chevrolet Spark.
El Chevrolet Spark es el modelo de entrada de la gama, un coche urbano que sustituye al Chevrolet Matiz. Seguirá siendo uno de los coches más asequibles de nuestro mercado, y ha mejorado en varios aspectos respecto al Matiz, aunque sigue conservando algunos de sus puntos flacos.
Hace unos días asistimos a la presentación internacional a la prensa en Atenas, una ciudad con tráfico caótico ideal para poner a prueba un coche típicamente urbano.
Exterior del Chevrolet Spark
El diseño de un (casi) cualquier coche urbano y utilitario dista mucho de los cánones de belleza a los que estamos acostumbrados. Cuando el objetivo es un tamaño reducido y la utilidad, el concepto de coche atractivo cambia.
Chevrolet lo ha intentado diseñando un utilitario que ellos definen como atrevido y expresivo, hecho para llamar la atención. Lo cierto es que, dentro de las limitaciones impuestas por su segmento, es un coche agradable a la vista desde el exterior.
A la hora de trazar líneas atrevidas y recargadas, dónde poner el límite es cuestión de gustos. El Chevrolet Spark tiene, para mi gusto, un frontal adecuado para los gustos de quien busca un coche llamativo y urbano, y quizás una trasera demasiado recargada.
Existen dos versiones de acabados, con diferencias notables entre ellas: los cromados, las luces antiniebla o las llantas de aleación marcan la diferencia entre un utilitario y un coche capricho a escala. Curiosamente, la trasera del acabado básico no peca de excesos: su alerón más pequeño (en negro en vez de color de la carrocería) y la falta de cromados y de escape visible hacen que su aspecto sea más sencillo.
Su estética tiene una pega, que probablemente no sea percibida como tal por una enorme parte de sus compradores: el tamaño de sus ruedas. La versión LT que probamos montaba unas 165/60 R15, más que adecuadas para su tamaño, sin embargo las versiones básicas montarán ruedas más pequeñas, probablemente de 14 pulgadas. Desde el punto de vista de estética, la sensación al ir detrás de él es la misma que la del Matiz: un coche con ruedas estrechas y pequeñas.
Respecto a sus rivales, el diseño exterior se convierte de nuevo en una cuestión de gustos. Un Hyundai i10, un Nissan Pixo o un Kia Picanto son coches que probablemente agraden más a quien busque un modelo elegante y serio, pero ese no es el perfil del comprador de coche urbano, que busca un aspecto más desenfadado. Un Renault Twingo es más equilibrado entre ambos extremos.
Resumiendo, Chevrolet parece haber hecho una apuesta adecuada en diseño para un coche que busca contentar a ese público al que no le gustan los coches demasiado, pero sí le llaman la atención los diseños atrevidos. Primera prueba superada.
Interior del Chevrolet Spark
El interior del Spark varía mucho entre los dos acabados posibles: el LT cuenta con una iluminación azul en sus mandos que consigue una luz ambiental muy agradable. Sin embargo, la versión básica carece de esta iluminación y la sensación de “coche de plástico” es mucho mayor.
Para reducir el tamaño del salpicadero, los fabricantes suelen optar en coches pequeños por utilizar un cuadro de mandos “flotante” sobre el volante. En el caso del Chevrolet Spark se ha optado por una consola futurista, con una esfera analógica para la velocidad combinada con un display digital para el cuentarrevoluciones y los indicadores auxiliares de luces, batería y otros elementos.
El tacto y calidad de los plásticos es buena para un coche de su segmento y precio. Como es habitual en coches de su segmento, no puede llevar volante de cuero (por mucho que yo quiera), aunque hay que admitir que el tacto de su volante de plástico me sorprendió gratamente.
El tamaño y número de los huecos portaobjetos es aceptable pero no sobresaliente, así como el de su guantera. Uno de sus puntos a favor respecto a varios de sus rivales es que cuenta con cinco puertas y cinco plazas, de un tamaño bastante bueno para tratarse de un coche urbano.
Maletero del Chevrolet Spark
Llegamos al maletero, y con él al principal problema del coche: su apertura. No es posible abrirlo desde el exterior si no contamos con la llave. En la versión LT tenemos un tirador al lado del asiento del conductor que nos permite abrirlo desde dentro, pero no así en las versiones básicas.
Esto supone un problema de comodidad a la hora de circular en ciudad, si paramos para que un pasajero se baje del coche y necesita coger algo en el maletero, deberemos apagar el coche y salir para abrirlo (en la versión básica).
Al ser un coche que se venderá en los cinco continentes, posiblemente sea una medida de seguridad que demandan en muchos países para evitar robos en marcha, pero resulta bastante incómodo para el público europeo. Tuve la oportunidad de comentarlo con el responsable de coches pequeños de General Motors, que tomó nota de mi opinión en un papel, esperemos que sirva de algo.
Respecto al tamaño del maletero, es de 170 litros, con lo que no tenemos mucho juego. Mi maleta no cabe de pie (en la posición de la foto no cierra), sólo acostada y es más pequeña que el máximo equipaje de mano teórico (y hablo del teórico, no de lo que la gente cuela a bordo dependiendo de la aerolínea).
Equipamiento y opciones
Todavía no se conocen los detalles exactos del equipamiento que llevarán de serie o como opción las dos versiones del Chevrolet Spark (LS y LT). En general tiene un equipamiento correcto, sin sorpresas para su segmento, y destaca quizás por la versatilidad en el sistema de sonido.
Cuenta con dos entradas auxiliares, una mini-USB y una minijack, que permiten conectar un reproductor de MP3, un iPod (que es un reproductor de MP3, pero para ser fino lo enumero por separado), una memoria flash (lápiz USB) que muestra los títulos en el display, o en general cualquier dispositivo con salida de audio. La calidad del sistema de sonido básico es correcta, a pesar de contar únicamente con dos altavoces.
Mañana, la segunda parte.