BMW se quiere subir al carro europeo en materia de fabricación de celdas de baterías para coches eléctricos, y junto a la empresa alemana de baterías Varta ha solicitado fondos estatales destinados a reducir la dependencia del Viejo Continente respecto a los proveedores asiáticos.
Y es que Alemania y Francia han creado una alianza para el desarrollo de baterías eléctricas. ¿El objetivo? Que los coches del mañana se conduzcan con baterías europeas y no chinas. "Debemos ser independientes y soberanos", dijo en diciembre el ministro de Economía y Finanzas de Francia, Bruno Le Maire.
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Alemania ha reservado un fondo de 1.000 millones de euros de aquí a 2022 para respaldar a cualquier compañía europea que impulse el desarrollo de celdas de baterías para vehículos eléctricos, y planea además financiar una instalación de investigación para desarrollar baterías de estado sólido de nueva generación.
De hecho, la Unión Europea quiere abastecer el 30 % de la demanda mundial de celdas de baterías para 2030.
Esta puede ser una buena oportunidad para que los grandes de la industria de un empujón a las baterías 'made in Europe' y no 'made in China' ante la hegemonía asiática, por ello BMW y Varta ya han solicitado los subsidios estatales del Ministerio de Economía de Alemania.
Según informa Autonews Europe, aunque BMW está buscando fondos para investigación y desarrollo en el campo de las baterías, pero no significa que la compañía aspire a producirlas por sí misma.
Varta por su parte planea aumentar la producción de celdas de baterías a más de 60 millones de células por año, aunque lo hará con la ayuda de socios europeos. Por otro lado, otros gigantes como Volkswagen, el Grupo PSA, BASF y Northvolt-Siemens también podrían optar a estos fondos.
Un buen momento para reaccionar, ya que dos gigantes chinos se acaban de unir para desarrollar y comercializar baterías: Geely y CATL. Esta última mantiene asociaciones con fabricantes como Volkswagen, BMW, Daimler o Jaguar-Land Rover.
Por su parte, el presidente francés, Emmanuel Macron, confirmó hace unas semanas la puesta en marcha de este plan de cooperación franco-alemán para fabricar baterías para coches eléctricos en Europa. Francia invertirá 700 millones de euros en los próximos cinco años para reducir la dependencia asiática y crear una industria local de baterías.
El proyecto llevará además a la construcción de dos fábricas de baterías, una en Francia y la otra en Alemania, aún sin fecha determinada.
El presidente francés considera que no es buena para la industria europea que sigan dependiendo de fabricantes asiáticos como la china CATL o los coreanos LG Chem y Samsung, sobre todo "en términos de soberanía e independencia".