La cuarta generación del Audi A3 viene con el S3 más brutal de la historia, con 300 caballos de potencia y un consumo digno de un utilitario. Como es habitual en la casa, se asocia a la tracción total quattro mediante multiembragues bañados en aceite. Se podrá elegir con cambio manual o S tronic, este último de mejor rendimiento.
Solo hay fotografías de una versión de tres puertas, precisamente esta semana hemos conocido el nuevo Audi A3 Sportback, posiblemente tengan la carrocería larga para más adelante. En Alemania tendrá un precio de 42.800 euros, para España de momento no hay lista de precios, pero llegará a comienzos de 2013.
Es más ligero que el S3 vigente, pesa 60 kg menos en vacío, solo en la carrocería se han ahorrado 28 kg. En total, son 1.395 kg. Con esa potencia, cada caballo mueve hasta 4,65 kilogramos. Me da miedo pensar en lo que van a pedir por asegurarlo a todo riesgo. Ha nacido un nuevo guerrero de la carretera, aunque no supere los 250 km/h por cuestiones formales.
El motor: 2.0 TFSI de 300 CV
Coincide la cilindrada —1.984 cc— con el motor del anterior S3 (2.0 TFSI 265 CV), pero nada más. Este motor ha sido rediseñado de arriba a abajo, incluso pesa un poco menos que el motor previo. Son 150 caballos por litro, una cifra realmente impresionante. Sus 380 Nm de par —entre 1.800 y 5.500 RPM— igualan a un seis cilindros turbo de hace unos años.
Además de la distribución y admisión variable, el nuevo motor tiene dos árboles de equilibrado, que doblan en revoluciones al cigüeñal, para tener un refinamiento más digno de V6. Además, combina la inyección directa FSI con la indirecta (8 inyectores, como el nuevo 1.8 TFSI) para lograr bajas emisiones a media carga y mucha gasolina en los cilindros a altas RPM.
Los 300 caballos de potencia llegan a 5.500 RPM, pero el motor puede estirar hasta 6.800 RPM sin pegar antes un gatillazo. A pesar de todo, homologa un consumo ridículo, 6,9 l/100 km para el automático y 7 l/100 km. Si en condiciones reales gastase eso, vendía el Prius. Cuando podamos probarlo, os contamos cuánto chupa.
También encontramos cambios de diseño para que el refrigerante y el aceite entren antes en temperatura de servicio y por tanto reduzca el consumo a corta distancia. El turbocompresor sopla hasta 1,2 bares, promete una respuesta “más espontánea”. Por cierto, el intercambiador de calor (intercooler) va integrado en el radiador principal.
A nivel estructural también cambian muchas cosas en el motor: anillos de los pistones, bielas reforzadas, soportes de bielas, tapas de los cojinetes, culata, camisas, bomba de aceite de desplazamiento variable, colector de escape integrado en la culata, etc. Lo dicho, coincide la cilindrada… y ya.
¿Qué nos reservan para el RS3? Interesante pregunta, puede que ya no necesiten el 2.5. El Audi RS3 Sportback actual solo tiene 40 caballos más, pero homologa un consumo mucho más alto, 9,1 l/100 km. Respecto al S3 de la generación previa, el consumo ha bajado 1,5 l/100 km (manual vs manual), la presión de sobrealimentación era la misma.
Más datos sobre el chasis y cadena cinemática del Audi S3
La caja manual permite hacer el 5,4 segundos, mientras que el automático S tronic de seis relaciones —y levas opcionales— lo hace en 5,1 segundos. Dispone de un sistema de launch control para salir disparado lo más rápido posible cual bala de cañón. Como el automático paga menos impuesto de matriculación, no habrá mucha diferencia de precio.
La suspensión es más firme y 25 mm más baja que un A3, no hay diferencia si es un A3 con la suspensión S Line. Opcionalmente puede tener regulación de dureza Audi Magnetic Ride gestionable a través del Audi Drive Select. Este sistema gestiona la respuesta del acelerador, dirección asistida eléctrica, climatizador, etc.
La dirección es de desmultiplicación variable (más ágil cuanto más se gira) y cuanto más rápido se circula menos ayuda. Como es eléctrica, no consume energía en línea recta, se ahorran hasta 0,3 l/100 km así. Las ruedas son 225/40 R18, marca Continental ContiSportContact, aunque lógicamente se puede ir a una dimensión más alta opcionalmente.
¿Qué cambia estéticamente?
La parrilla en color grisáceo lo delata, así como el paragolpes delantero, con más orificios de ventilación, taloneras laterales, carcasas de los retrovisores, alerón trasero, paragolpes trasero con difusor y —ojo al dato— cuádruple salida de escape (1 cilindro/1 tubo). Este detalle es más de superdeportivo que de compacto rápido.
Los faros son o bixenón con luz diurna LED, o totalmente LED, adaptativos en los dos casos y opcionalmente con luces largas automáticas. Los grupos ópticos traseros también son LED. Ni tiene antinieblas, ni los necesita. La vista es importante, así como el oído, el sonido del motor y de escape cambian adrede en función de la forma de conducir, para llegar antes al clímax.
En el interior encontraremos una decoración más deportiva, con tonos negros y bordes rojos, volante achatado por debajo… El tablero de instrumentos tiene una agradable diferencia, en vez de marcar la temperatura del agua, marca la presión del turbocompresor. Verlo a más de 1 es como estar enamorado.
Los asientos pueden ser cuero/tela, cuero/Alcántara y cuero/cuero Napa. Opcionalmente tiene unos asientos baquet y guateado de rombos. Encontraremos inscripciones “S” en las molduras de acceso de las puertas, volante, pomo del cambio e instrumentos.
El equipamiento es un poco más alto que en una A3 por su precio superior, como los citados faros, climatizador bizona o el paquete de portaobjetos. La lista de opciones, como siempre, interminable, destacando el MMI táctil, altavoces Bang & Olufsen para los atascos, conexión con el iPhone de turno, etcétera.
Mención aparte merecen los sistemas de seguridad disponibles, como la frenada automática por debajo de 30 km/h, asistente de mantenimiento de carril, reconocimiento de señales de tráfico, asistente de aparcamiento, luces adaptativas en horizontal y vertical, detección de fatiga… como en sus hermanos de gama más caros.
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