A la tercera fue la vencida, por fin pude hacerme con un Mazda2, el de la generación anterior se me escapó por problemas de logística. Lo elegísteis Utilitario del Año 2007 por algo, y la verdad no vais muy desencaminados. Es un utilitario cojonudo, con una relación coche/precio muy interesante, pero como siempre, os tengo que contar sus bondades y sus pegas, que tenerlas, tiene.
Hasta verano sólo se va a comercializar en 5 puertas, después vendrá la de 3 puertas.
Exterior
El modelo que estáis viendo en las imágenes es el tope de gama, el Sportive. Se diferencia de los inferiores por el paragolpes, faldón, aletas delanteras, trasero y faldones laterales. Además, en el equipamiento de serie vienen las llantas de 16 pulgadas con neumáticos de dimensiones 195/45 (en este caso unos Michelin Pilot Exalto).
El diseño en esta generación es muy acertado, lejos del anterior monovolumen y del que le precedió, un Ford Fiesta con el logotipo Mazda. Ahora es picante, deportivillo, sugerente, por estética entra rápidamente en la cabeza. No tiene vergüenza en enseñarnos su tubo de escape como hacen otros, pero tampoco se corta en enseñar los frenos de tambor. En mi opinión, con 103 CV debería tenerlos de disco, por mucho que sea ligero, sólo pesa 1.035 kilogramos.
Los retrovisores tienen un tamaño generoso y proporcionan una buena visibilidad de lo que acontece detrás de nosotros. Aunque las puertas traseras parecen pequeñas, se abren lo suficiente como para permitir un acceso adecuado al coche. Por cierto, hablando de acceso, os diré qué son esos puntos negros en los tiradores de las puertas. Llevas la llave encima, pulsas y se abre. Al salir, pulsas y se cierra. Comodísimo, y de serie.
Interior
Quizás alguien se sienta decepcionado al entrar y ver un interior un poco sosainas y poco colorista como le sucede al Renault Clio. Si le perdonamos la tonalidad oscura (un Opel Agila mola más en este sentido), es un interior interesante. El puesto de conducción es muy bueno, deportivo, lástima que el volante sólo se ajusta en altura. La palanca de cambios, muy cerca de la mano, está muy bien colocada, permite cambiar rápido y además tiene un tacto delicioso.
No abundan los huecos portaobjetos, y la mayoría quedan muy a la vista. En las puertas, son pequeños. En la consola central, deslizan con facilidad y no hay un cofre. La guantera está dividida en dos compartimentos, uno oculto y otro destapado, para colocar revistas, CDs, caja de preservativos para noches de Luna llena, etc. Si nos fijamos en la zona donde está el mechero, una tapa oculta una conexión jack 3,5mm para enchufar el trasto musical de turno.
Por calidad de acabado y ajustes convence, no hay pegas. Los asientos tienen un mullido cómodo y agradable, y en el caso de los delanteros, ofrecen sujección lateral suficiente, pero mejorable. En la parte trasera, la sujección lateral brilla por su ausencia y los reposabrazos de las puertas están sólo de adorno, pero a cambio 5 adultos pueden ir en el coche si sus panderos posaderas no abultan mucho (especialmente en el asiento central).
Respecto a este asiento, el túnel es pequeñito y es posible acomodarse sin molestar a los pasajeros laterales. Los pies entran bien bajo los asientos delanteros, que dicho sea de paso, no tienen revisteros WTF!!. En la parte trasera calculo que hasta pasajeros de 1,90m de estatura entran bien, y en la parte delantera pueden ser un poquito más altos.
La instrumentación es completilla, aunque nadie vea el termómetro del agua, un testigo azul está encendido mientras el motor está frío, como hace el Subaru Impreza. Naturalmente, si el motor está demasiado caliente, aparece el mismo testigo pero en color rojo. El medidor del combustible es un poco impreciso y no se lee demasiado bien. La información del ordenador se lee aquí, mejor que en el Mazda3, en la zona central del salpicadero.
A destacar el bajo ruido aerodinámico y lo bien que suena el equipo de música, por encima de lo que esperaba en este segmento. El aparato permite meter 6 CDs de audio normal o con MP3, con lo que podemos llevar una buena provisión sonora. Es fácil de utilizar, al igual que el climatizador, muy simplificado. También se ha cuidado la accesibilidad de los mandos, sólo la regulación de luces y desconexión del control de estabilidad se ven menos, y en marcha no hay que tocarlos.
Se han descuidado algunos detalles, como el ruido de rodadura, que es parecido al de un SEAT Ibiza (puede llegar a ser molesto). Los seguros no se activan automáticamente, hay que echarlos en las puertas. Los elevalunas, a la coreana, sólo el del conductor es automático, el resto manteniendo el dedito ahí. Además, a más de 100-110 Km/h la dirección empezaba a vibrar, pero no sé si era problema de mi unidad o que todos son así. La iluminación interior es insuficiente a mi parecer.
En cuanto al maletero, no es muy práctico. Queda un poco elevado y tiene un escalón entre la boca y el suelo de carga. La capacidad es muy pequeña, 250 litros, extensible hasta 787 litros. La banqueta es abatible asimétricamente (60/40) y no forma una zona lisa con el suelo del maletero, queda un escalón.
Mañana os cuento qué tal va ese motor 1.5 de 103 CV gasolina. Es excitante.