Da igual el campo de acción, ya sea en competición, en arquitectura o en mecánica cuando se buscan los límites, en ocasiones los encontramos de manera abrupta y dolorosa. Potenciar un motor de un coche hasta las trancas para lograr potencias superiores a la muchas locomotoras de tren y verlo pasar en un banco de potencia es todo un espectáculo.
Por desgracia para el conductor de esta pick-up, las cosas salieron mal, y algún que otro pistón también, pero resulta aún más hipnotizante para nosotros.
Más de 3.000 CV antes de explotar
Durante una reciente competición de potencias, una modalidad muy estadounidense que consiste en potenciar el motor de un coche hasta límites insospechados para ver luego quien logra la mayor potencia.
En este caso, se trata un diésel Cummins que equipaba una pickup Ram HD. Su dueño tenía el objetivo de que alcanzara los 3.000 CV usando el método más habitual en estos casos para lograrlo: con tres turbos más grandes que su propia cabeza.
El Ram apodado “Red Delicious” fue construido por Randy Reyes, el dueño de Randy's Transmissions, de Utah, quienes colgaron el vídeo a cámara lenta del incidente. Empezó su vida en 2006 como un Ram 3500 HD de serie, una pickup que tiene ya más de camión que de pickup por su elevada capacidad de remolque, su eje trasero de doble ruedas y su enorme MMA.
Según cuentan en Diesel World, “Red Delicious” equipa un Cummins con una cilindrada rebajada de 6,7 litros a 5,9 litros por los especialistas de Industrial Injection. El bloque motor ha sido reforzado con hormigón y con “todo el hardware necesario para producir miles de caballos de potencia”.
Es decir, un intercooler tan grande como la pickup, inyección de agua y metanol para la refrigeración y una configuración de tres turbos, realmente enormes, capaces de generar una presión de 8,9 bares.
Eso le da unos 2.200 CV medidos en el cigüeñal, lo que es considerada la potencia real del motor a diferencia de la potencia a las ruedas. En regla general, cuando un fabricante da las potencias de sus coches es a las ruedas, ya sea un Dacia Spring o un Bugatti Chiron.
Más de 2.000 CV para un diésel es una cifra más que honorable. Hay locomotores de trenes de mercancía con menos potencia. Pero para ser el rey del banco de potencia, necesita la ayuda de nuestro amigo el NOS, u óxido nitroso. Un sistema que inyecta el gas de la risa en tres etapas para llevar la presión de sobrealimentación a la friolera de 10 bares. Dicho de otro modo, 10 veces la presión de un turbo de Volkswagen Golf GTi.
Al activar el NOS, Randy reconoce en su post de Instagram que superaron los 3.000 CV. Esto, también le dio alas al motor. Casi literalmente, porque uno de los pistones y algunas camisas decidieron que ya no aguantaban tanta presión y salieron volando hacia su libertad, dejando a su paso un escenario de llamas y desolación. Y todo ello captado a cámara lenta, por supuesto.
Ahora, Rany Reyes se enfrenta a un dilema: reconstruir la Ram con un nuevo bloque, sabiendo que hasta el cortafuegos reventó no parece lo ideal, o bien volver a intentarlo con un nuevo coche.