Durante el pasado verano Genovation lograba convertir un Covette Z06 de 2006 en el Genovation GXE, una modificación que sustituía su V8 por una motorización completamente eléctrica y legal para circular por la calle, pero no una cualquiera. Este prototipo se alzaba como el vehículo eléctrico homologado para carretera más rápido del mundo con 330,88 km/h certificados.
Las pruebas y la experimentación no ha cesado dentro de la pequeña empresa americana y, de nuevo en el Centro Espacial Kennedy, han marcado otro récord: 336 km/h. Con el veterano Johnny Bohmer a los mandos, el GXE logra así mejorar una ya buenísima marca.
Sólo 75 unidades con la base del Grand Sport
Lo curioso es que mecánicamente no han hecho modificaciones, ya que se sigue empleando la misma pareja de motores eléctricos capaces de producir 700 CV de potencia y 800 Nm de par motor, que extraen la energía de un paquete de baterías de 44 kWh. La energía se transmite exclusivamente a las ruedas traseras (¿para no perder la esencia del Corvette?).
Estas marcas son mucho más que simples gestas puntuales. Empujar la tecnología más allá de los límites permite mejorar el desarrollo y poner a prueba las soluciones implementadas en cada proyecto antes de llevarlas a la producción definitiva. Sí, porque esta modificación se llevará a una pequeña serie de 75 unidades, pero sobre la base de Corvette C7 Grand Sport que estarán listos a partir de 2019 y a un precio de, coge aire, 750.000 dólares.
Por el momento en Genovation aseguran que su GXE es capaz de mantener una autonomía de hasta 210 km en conducción normal manteniendo un reparto de pesos del 50/50 y un centro de gravedad aún más bajo que el del Corvette original al llevar las baterías bajo el suelo. Lo que no dicen es el peso total del conjunto.
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